IGLESIA

La falta de sacerdotes ya condiciona la programación de entierros en el rural

photo_camera Exterior de una funeraria situada en la rúa Ramón Puga, en la ciudad.

Funerarias y párrocos comienzan a pactar los horarios de los oficios fúnebres para repartir las ceremonias durante el día

La falta de sacerdotes obliga, cada vez más a menudo, a las empresas funerarias a pactar los horarios con los religiosos para celebrar entierros y evitar, por un lado, retrasos en la ceremonia fúnebre y, por otro, tener que recurrir a párrocos que ejercen su labor pastoral lejos del lugar de la persona fallecida. La Diócesis de Ourense tiene en la actualidad 192 sacerdotes en activo, que ofician cada año una media de 4.600 funerales, según los datos que maneja el Obispado. 

La cifra de funerales se incrementa cada año (los últimos datos son del 2016 y hubo 4.666 entierros) debido al envejecimiento poblacional en la provincia, que implica también una falta de relevo entre los párrocos. Sacerdotes y empresas funerarias son conscientes y toman medidas para poder cuadrar cada una de las ceremonias, teniendo en cuenta la opinión de la familia del fallecido.

Esto se hace para evitar situaciones como la que se registró durante la pasada semana en la comarca de Monterrei, donde coincidieron tres funerales en un mismo día y en municipios diferentes. Los familiares pusieron una hora para dar sepultura a sus seres queridos, pero la falta de párrocos -en cada entierro suele haber tres o cuatro- obligó a negociar el horario, llamar a cada una de las familias y repartir las ceremonias a lo largo de la tarde.

"Normalmente no suele haber ningún tipo de problema, pero claro, si coinciden tres o más entierros no se pueden hacer todos al mismo tiempo", apuntó el presidente de las empresas funerarias, Antonio García Aliende, añadiendo que "siempre que se puede intentamos ser lo más puntuales posibles".


Procedimiento


Cada una de las empresas funerarias que opera en la provincia tiene en su agenda el teléfono de los sacerdotes a los que deben avisar para los oficios. La situación se complica cuando uno de los párrocos, por diferentes razones, está ausente, y no puede acudir al funeral. Mientras que en la ciudad no hay problema, las parroquias del rural deben recurrir a curas de zonas más alejadas en muchos casos. "Son situaciones puntuales que se dan mucho más durante el invierno que es cuando hay un mayor número de fallecimientos", explicó el gerente de la funeraria La Paz, Raúl Alvarez. 

Los entierros son uno de los servicios que tiene garantizados a la población el Obispado de Ourense. Es más, los sacerdotes tienen instrucciones de que deben acudir al lugar en que sean llamadas para dar sepultura a un fallecido. "En un municipio solemos participar los párrocos de la zona, pero si se da el caso de que hay dos o más entierros al mismo tiempo en diferentes pueblos, hay que llamar a otros. Siempre es una incómodidad, aunque nadie suele poner problemas a la hora de desplazarse", explicó el párroco de Atás (Cualedro), Fernando Rodríguez.

La misma situación se repite en la Diócesis de Astorga, a la que pertenecen las comarcas ourensanas de Valdeorras, Viana y parte de la de Trives. "Se suele respetar la hora que establezca la familia para celebrar las honras fúnebres, pero si hay más entierros en ese día en un determinado municipio o zona, entonces hay que alterar los horarios porque no hay sacerdotes suficientes", afirmaron en la institución de Astorga, puntualizando que la falta de religiosos conlleva ya que no se celebre misa dominical en muchas localidades. 


"A este paso, los actos religiosos serán de mañana"


La agenda de los sacerdotes que ejercen su labor pastoral en el rural es la que marca la celebración de entierros. Los responsables de las funerarias no se comprometen en ningún momento con las familias en la fecha y hora de celebración del entierro de sus seres queridos sin antes comprobar la agenda del titular de la parroquia, que es el que, "siempre respetando al máximo la decisión de la familia", decide la fecha, que, posteriormente, deben reflejar las esquelas.

"La mayor parte de las familias  ourensanas piden que el funeral  de sus seres queridos sea por la tarde, con preferencia entre las 16,00 y las 18,00 horas, pero a este paso, también habrá que acostumbrarse a celebrar el acto religioso por las mañanas en las distintas parroquias", apuntaron en el Obispado. 


"La tradición provoca que se acumulen"


El vicario de Pastoral de la Diócesis de Ourense, Francisco Pernas de Dios, constata que, "aunque los horarios se respetan en la mayoría de casos, sí que en invierno se empiezan a dar algunos problemas", explicando que, aunque cada vez la despoblación es más evidente, "la tradición, ya que muchos siguen enterrándose en el panteón familiar pese a vivir en la ciudad, provoca que se acumulen funerales y entierros, por lo que los sacerdotes necesitan una mayor organización".

Pese a todo, Pernas recuerda que la Diócesis trabaja para garantizar los servicios mínimos que ofrece, "que hay que mantener", y expone que una posibilidad pasa "por la incorporación de laicos", explicando que estos pueden suplir a religiosos en determinadas funciones como recibir el cadáver o realizar rezos.

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