Odisea en la N-120

“Por favor, ¿cuándo abre esta carretera?"

Un operario vigila la N120 en el desvío a la carretera vieja. Impide el paso de camiones, que deben dar la vuelta. En la parte inferior derecha, las huellas de las ruedas de los que deben retroceder. (Foto: José Paz)
photo_camera Un operario vigila la N120 en el desvío a la carretera vieja. Impide el paso de camiones, que deben dar la vuelta. En la parte inferior derecha, las huellas de las ruedas de los que deben retroceder. (Foto: José Paz)
El corte por un talud de piedras y tierra en la N-120 en Velle cumple dos semanas y el tráfico se ha desviado a la vieja C-546, con problemas de mantenimiento y señalización, y línea discontínua en curvas y rasantes

"¿Cuándo abre esta carretera?" Una usuaria de la N-120 llega al punto kilométrico 558,300, en el desvío para subir por un estrecho y empinado atajo que tiene un desnivel del 20% y que enlaza con la vieja C546 (ahora N120a). Es Santa María de Melias (Pereiro de Aguiar). La mujer interpela a un vigilante de conservación que le indica que desconoce la fecha de la apertura. Un desprendimiento mantiene desde el día 8 cortada la principal vía de comunicación de Ourense con Monforte o Valdeorras y el tráfico va desviado por un vial incapaz de absorber la densidad de tráfico. Es como una especie de Franja de Gaza.

El trabajador monta guardia para impedir que llegue tráfico pesado, que está advertido del corte y dirigido a itinerarios alternativos. Aún así se cuelan. "Una media de quince al día, esta misma mañana llevo parado a cuatro", dice. Algunos camioneros blasfeman por tener que dar la vuelta, con el consiguiente retraso. “Algunos extranjeros vienen siguiendo el GPS y no se percatan de la señal que advierte del corte”, reconoce. Fomento ha montado un dispositivo de guardia permanente, en turnos de ocho horas. 

Sin embargo en la carretera dispuesta como alternativa nadie vigila. No hay nadie que advierta sobre los riesgos del vial. Entre Melias y Ourense, tramo de unos diez kilómetros, que hay que hacer obligatoriamente, no hay una sola advertencia en las zonas de peligro fuera de la señalización vertical fija que ya estaba antes de la avalancha de tráfico. 

Ni una sola señal luminosa en las zonas más complejas, ni un solo mensaje sobre los riesgos del vial. El tendido asfáltico tiene zonas que combinan remiendos con pavimento aceptable.  La vieja carretera tiene línea discontinua desde Velle a Melias, siete kilómetros seguidos, da igual que sean curvas o rasantes. Los conductores habituales saben que eso no es de fiar, pero los que circulan por primera vez se han llevado más de un sofocón.

El mensaje ha corrido de boca en boca: la carretera vieja de Monforte es una trampa y hacia Valdeorras se exploran alternativas en desuso desde hace años. Mientras, los usuarios de la zona tiran de paciencia. "La Guardia Civil no pasa por aquí, pero ya verás como montan un radar", dice irónico un vecino. Una ambulancia pasa por el sinuoso vial. La pregunta es cómo llegará ese enfermo al final de su trayecto. Son los riesgos de atravesar la Franja de Gaza. 

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