Fernando Posada, sobre la recuperación del cuerpo del piloto: "Fue el rescate más duro de mi vida”

Un agente de rescate con la avioneta estrellada de fondo.
photo_camera Un agente de rescate con la avioneta estrellada de fondo.
El Equipo de Montaña de la Guardia Civil caminó cuatro horas cargando el cuerpo del piloto de la avioneta, Santiago Durán

Cuatro horas a pie a través de la montaña, haciendo relevos para cargar el cuerpo de Santiago Durán Alzugaray. Así fue el rescate que realizó el Equipo de Montaña de la Guardia Civil (Ereim) del cuerpo del piloto que desapareció el miércoles tras sufrir un accidente de avión cuando se dirigía a Córdoba y decidió regresar a la base de Doade (Sober) por la meteorología adversa. Era viernes por la tarde y la luz solar perecedera corría en contra de este grupo del Instituto Armado, que se adentró en la parte zamorana de Pena Trevinca bajo una meteorología adversa, con rachas de viento a más de 70 kilómetros por hora y cinco grados de temperatura. 

Fernando Posada, cabo de la Guardia Civil, fue el hombre a cargo del equipo de montaña. Relata su intervención en el rescate que, afirma, fue el más duro de su vida. “Nosotros estábamos buscando en A Gudiña, con la ayuda de un helicóptero de A Coruña. Pronto se complicó el tiempo y tuvimos que dejar de volar. Nos dejaron en una ladera a dos kilómetros y pico. Comenzamos a abrir caminos para acceder y finalmente vimos la avioneta”, explica. 

Desde su punto de partida hasta el lugar del siniestro había 500 metros de desnivel, por el que tuvieron que subir y bajar una camilla para transportar a Santiago Durán. Junto a ellos estaba un equipo de Zamora, que se habían puesto en contacto con un montañero de la zona para que les ayudase a encontrar la mejor vía para acceder. “Es habitual solicitar ayuda de este tipo porque es imposible conocer todo el terreno gallego”, indica Posada.

Excarcelación

 

Una vez llegaron, tuvieron que excarcelar el cuerpo. “El rescate podría haber sido muy sencillo si hubiésemos podido volar, pero todo se complicó y se volvió mucho más peligroso”, reconoce. El guardia civil no recuerda una operación igual, la más parecida en cuanto a complejidad fue en 2016. Se trata del rescate de un barranquista portugués que quedo atrapado cinco días en una grieta en Lobios.

Fernando explica que para pertenecer a este equipo se debe tener una gran vocación. “Es un trabajo con cierto peligro, siempre fuera de zonas de confort”, dice. “De todas formas, tienes que cuidarte, no te puedes arriesgar demasiado”, añade. También intervienen factores psicológicos: “No puedes dedicarte a esto si tienes vértigo, por ejemplo.

Este 2022 fue un año más tranquilo que los dos anteriores para el Equipo de Montaña de la Guardia Civil. Realizaron ocho rescates en diez meses. El verano y los meses de invierno -cuando nieva- son las dos temporadas en las que se suelen concentrar los accidentes en los que intervienen. 

Así, dependiendo de la temporada, entrenan y utilizan unos equipos u otros. Mientras no llega el invierno visten uniformes más ligeros y van equipados para la escalada, dado que suelen tener que actuar en zonas de difícil acceso, donde otros guardias civiles no pueden entrar. 

El cuerpo de Santiago Durán fue rescatado el viernes a las 21,30 horas. Ayer aún continuaba en el Instituto Anatómico Forense de Zamora, a la espera de ser trasladado a Sevilla, de donde era el piloto. 

La Guardia Civil de esta provincia inició una investigación para conocer las circunstancias del accidente. Por el momento, la empresa responsable de la avioneta no se pronunció sobre una despegue bajo la previsible mala meteorología. 

Por otra parte, el Concello de Sober, donde está emplazada la base de Doade de la que despegó, decretó dos días de luto oficial. 


Entrenamientos todo el año para estar preparados

Fernando Posada es el cabo que dirige al Equipo de Montaña de la Guardia Civil, un organismo ubicado en Pobra de Trives. Sus competencias abarcan todo el territorio gallego, pero se ubican en la provincia de Ourense por su cercanía a la estación de montaña de Manzaneda. En este momento, son seis miembros y hay una plaza vacante que esperan poder cubrir a finales de año. 

Fernando Posada.
Fernando Posada.

Cuando no hay incidencias en las que se requiera su intervención, realizan prácticas de barranquismo, escalada -en seco o en hielo- o  espeleología (estudian las cavidades del subsuelo).

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