REPORTAJE

Filatelia: algo más que sellos

La filatelia es algo más que pasión por los sellos, al menos en el colegio Cardenal Cisneros de la ciudad, donde ha demostrado sus propiedades terapéuticas para algunos problemas propios de la infancia

El mundo de la filatelia es algo más que pasión por el apasionante mundo de los sellos, lo tienen claro en el colegio Cardenal Cisneros de la ciudad, donde varios alumnos, pertenecientes al taller de actividades extraescolares centrado en este pasatiempo, expusieron sus respectivas colecciones en el Auditorio para participar en la competición de la XVII Exposición Filatélica Galaico-Portuguesa. es un incentivo, pero no el único.

"A mi hijo le ha ayudado a superar su dislexia", explica Ángeles Fernández Hernández, madre de uno de los participantes en el taller, que añade que "mi hijo tenía tantos problemas para leer y escribir que tuve que dejar el trabajo para ayudarle". Durante los último años Ángeles tenía que copiar en el ordenador las páginas de los libros de texto "para que éste se los leyera, a través de un aparato, a mi hijo y éste aprendiera la lecci0ón".

Esto cambió tras pasar por el taller. "Lo tomó con tanta ilusión que incluso se escondía para escribir mejor los textos de las fichas con sellos", recuerda Ángeles Fernández, "con lo único que leía y se entusiasmaba era con la filatelia".

Igual que a Jero -así se llama el chaval, que hoy expone su colección "Rota", sobre el mundo de la rueda, en el Auditorio-, le vino bien esta experiencia a su hermano, "que era imposible que se expresara en público, pero como en este taller debe explicar las características de su colección y le gustaba, empezó a dejar de costarle", declara satisfecha Ángeles Fernández.

María Elisa Abad, profesora de Matemáticas y Plástica en el centro, y monitor nacional de filatelia juvenil, incide en el hecho de que "participar en este taller permite a los chavales concentrarse, porque crear una colección filatélica requiere mucha concentración para tener claros los diversos detalles y resumirlos en la lámina que después exponen en muestras como la del Auditorio", y esto se une al hecho de que "los niños deben compartir esos conocimientos con sus compañeros, lo que les obliga a relacionarse e incluso a poner en grupo esos conocimientos adquiridos", lo que finalmente se traduce en que "varios de estos chavales, a los que les costaba un mundo hablar en público, ahora lo hacen con total normalidad".

Son algunos efectos colaterales de la filatelia que, para madres como Ángeles Fernández o niños como Jero son casi más importantes que la propia creación de la colección, aunque ésta también produce satisfacciones, como se encargan de recordar estos alumnos que explican los títulos de sus trabajos: "la mía se titular ‘A volar’ y es sobre el mundo de las aves", explica la más joven del grupo, Alicia Rodríguez. Su hermano, Santi Rodríguez, lleva en esto "desde los cinco años" y animó a Alicia a unirse al grupo. Sus trabajos estuvieron expuestos hasta el domingo en el Audiotorio y alguno recibió galardón, aunque hay quien ya tenía su premio.

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