Las fiestas ilegales siempre formaron parte de la noche de Fin de Año, sin embargo, para terminar el 2020 y con el cierre de las discotecas, existe preocupación ante el posible aumento de este tipo de celebraciones. Samuel Pousada, presidente de la Federación Gallega de Empresarios de Salas de Fiesta y Discotecas (Fesdiga), afirma que en esta ocasión podrían celebrarse cerca de 600 fiestas ilegales en la provincia de Ourense: "De estas el 5% van a ser fiestas en locales cerrados, alejados o en bajos de viviendas para no llamar la atención y serán de grupos de entre 40 y 100 personas. El 95% restante serán fiestas privadas, minibotellones de una media de 25 jóvenes". También indica que "es muy alarmante porque cada joven es una unidad familiar, por lo que podrían verse implicadas en caso de contagio, por ejemplo, 30 familias diferentes".
En toda Galicia y durante el período navideño la Fesdiga estimó que el número de este tipo de fiestas podría llegar a 4.000: "Este año, con el cierre de los locales, las celebraciones serán más dispersas y durarán más días. El año pasado fueron 280 en toda Galicia y muchas eran legales porque no había que cumplir medidas sanitarias", explica Pousada. Teme que "este año las que se celebren podrían generar un aumento significativo de los contagios que conllevaría más meses de confinamiento y por lo tanto más daño a la hostelería".
Vigilancia policial
La Policía Nacional y la Policía Local informan de que la vigilancia de estos eventos clandestinos no se hará exhaustivamente en cada edificio, sino que acudirán en el caso de requerimientos vecinales que alerten de las celebraciones.
Un daño irreversible
El sector del ocio nocturno fue de los peores parados durante la pandemia. Según dice el presidente de Fesdiga, el 90% de los locales asociados llevan cerrados desde el 15 de marzo y sus pérdidas de beneficios podrían rondar los 100 millones de euros. Sólo en Navidad, que con el verano es una de las épocas de más ingresos, las discotecas y salas de fiestas habrían perdido una cantidad aproximada de 20 millones de euros, según dice Pousada.
"El daño al sector no es recuperable y menos con las insuficientes ayudas que llegan. Las que ha dado la Xunta cubren gastos de apenas dos semanas y media", lamenta el presidente de la federación de discotecas. "A nivel estatal, el plan de rescate es insultante y encima llega tarde, y el sector de la hostelería ha sido el más castigado por la pandemia. El futuro es incierto, quizá el año que viene desaparezca directamente el sector", augura Pousada.
