TRIBUNALES

El fiscal se opondrá a la salida en libertad del homicida de Verfondern

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photo_camera Juan Carlos Rodríguez, en el edificio judicial de O Barco.

Matiene que el juicio está próximo tras la conclusión de la instrucción

El 2 de diciembre se cumplen dos años del ingreso en prisión provisional de Juan Carlos Rodríguez González, el autor confeso de disparo que le costó la vida a su vecino holandés, Martin Verfondern el 19 de enero de 2010. El fiscal del caso, Miguel Ruiz, ya anunció su intención de solicitar la pórroga extraordinaria del encarcelamiento provisional del inculpado ante la inminente celebración del juicio, previsto inicialmente para el primer semestre del año que viene. También esgrime la gravedad del delito imputado y el riesgo de fuga.

Al mismo tiempo, la acusación pública sigue oponiéndose a que Julio Rodríguez, hermano del anterior e incurso en el mismo proceso penal por asesinato, aunque está en libertad, se aproxime al pueblo de Santoalla, en donde sigue residiendo la viuda de la víctima. El imputado reclamó en numerosas ocasiones dejar sin efecto la medida cautelar adoptada por el Juzgado de Instrucción 2 de O Barco tras su detención para poder atender los negocios familiares (ganado y madera).

La instrucción del este procedimiento está ya conclusa y sólo queda que el fiscal presente su escrito de calificación provisional (en donde concreta la acusación y los años de prisión que pedirá) para que las defensas de los inculpados hagan lo propio. Posteriormente, será un jurado popular el que dictamine si los hermanos son culpables o no de la muerte de su convecino, con el que mantenían malas relaciones por disputas por las ganancias de los montes comunales. Un hecho que ninguno de los investigados reconoce. Aunque Juan Carlos aseguró en su primera declaración judicial que le había disparado con su escopeta, precisó que lo hizo porque conducía "como un tolo". Por su parte, su hermano se limitó a circunscribir su participación a la ocultación del cadáver cuando se enteró de que su hermano había matado al holandés. Un encubrimiento que, si quedara acreditado ante el jurado, no sería delictivo porque la relación de parentesco le ampara ante la ley.

Ahora bien, el fiscal, hasta ahora, ha mantenido que ambos tomaron parte activa en el asesinato. De hecho, sostiene que fue el "odio" hacia Verfondern lo que auspició la emboscada que le tendieron cuando regresaba a Santoalla tras ir a O Barco a hacer la compra semanal. Para el representante del ministerio público, los hermanos Rodríguez, tras perder todos los procesos judiciales en relación a los montes comunales, "decidieron acabar con la vida de Martin". Y cree que se trata de un asesinato (homicidio agravado) porque la víctima fue atacada de forma "sorpresiva y sin la más mínima posibilidad de defenderse, lo que provocó su muerte inmediata". Los restos del cadáver, ocultos en un monte a 12 kilómetros de la aldea, no fue encontrado hasta junio de 2014. Cinco meses después fueron detenidos.

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