OLA DE INCENDIOS

“Foi un inferno, só había lume"

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photo_camera Las explicaciones de algunos de los vecinos afectados por los fuegos el pasado año.

Los vecinos de Muimenta (Carballeda de Avia) intentan pasar página tras el incendio forestal que obligó hace un año a evacuar su pueblo. Entonces, muchos de ellos pensaron en un final trágico ante la cercanía de las llamas.

Pasamos medo e non era para menos. Só se vía fume e lume, crín que morriamos todos abrasados". Estas son palabras de Amelia Raña, una vecina de Muimenta (Carballeda de Avia), que tardará tiempo en olvidar la tragedia vivida hace justo un año a causa de la oleada de incendios que calcinó 22,600 hectáreas en Ourense y se cobró la vida de Marcelino Martínez, un vecino de este municipio.

Muimenta, junto con Saa y Abelenda, bien se podría denominar la zona cero de los múltiples incendios registrados ese día en Ourense. "Eu e o marido xa estabamos na cama. Escoitamos soar a campás da igrexa e levantámonos crendo que ardía unha casa. Ao saír só se vía fume e lapas", recuerda Amelia Raña, recordando que la Guardia Civil los evacuó a ella y su marido en pijama hasta Carballeda y, posteriormente, a pasar la noche con una hija en San Cristovo (Ribadavia). "Cando saímos para ver por que tocaban as campás, caínos a chave da cerradura para dentro da casa, e non puidemos entrar a coller roupa. Marchamos co que tíñamos posto", añade.

Junto con ellos, también fue evacuada Ermitas Fernández. "Pasámolo mal, porque puidemos arder todos. Arderon casas", recuerda.

El vecindario intenta pasar página de los momento vividos hace hoy un año, pero a todos les cuesta recuperarse. La virulencia y magnitud de las llamas están presentes en la zona más alta de la aldea, el barrio da Moreira, donde la constructora Conecgal rehabilita tres de las casas calcinadas. "En el municipio hay otras 16 casas ardidas, que no van a ser rehabilitadas porque requieren mucha inversión", aseguró un responsable de la empresa, Marcos Vázquez.

Muimenta está en la misma carretera que conduce a Saa. Durante el camino, el monte está completamente carbonizado. "Ardeu todo. Eu, se non quito a miña sogra da casa, ardía dentro", lamenta Emilio Sousa, recordando que la vivienda quedó convertida a cenizas.

Otro vecino, Urbano Estévez, está entre los afectados. "Pasámolo mal, porque non podíamos facer nada", señala, recordando que a partir de ahora solamente pide que su casa no esté rodeada de maleza. "Xa fun duas veces ao Concello a pedir que me limpen as silvas que chegan á miña casa. Si non o fan, calquer día temos outra desgracia", explica.

En Saa, la constructora Conecgal, ya concluyó la reforma de la casa del vecino José Serrano que lo perdió todo en el incendio y ahora reside de alquiler. "Estoy muy agradecido al Concello y a todos los que me dieron ropa, comida y ayudaron a arreglar mi casa. No puedo tener más que palabras de agradecimiento", asegura.

En este pueblo, el daño que provocó el fuego aún es visible en viviendas, hórreos, huertos y monte.

En Abelenda, durante el incendio, falleció Marcelino Martínez, de 78 años, cuando intentaba salvar sus propiedades. Sus convecinos lo recuerdan como un buen hombre y apegado a la tierra que, aventuran, se escondió para no ser evacuado. "Para salvar o seu, o que gañara co seu suor. Morreu intentando apagar o lume", asegura una vecina.

Carballeda de Avia lucía ayer una imagen bien distinta a la de hace un año. La lluvia que descargóde noche aún se conservaba en las calles y carreteras. "Se entonces vira unha tormenta como esta, era unha salvación", apunta un lugareño, Antonio López.

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