Una sentencia de 2014 obliga al Concello a habilitarles un acceso de vehículos
En el año 2010, las obras de los accesos al Carrefour desde O Fonsillón cambiaron la vida de muchos de sus vecinos. Algunos se fueron de sus casas entonces y otros, como Mercedes Soto, vieron notablemente afectados los alrededores de su casa. Desde entonces, tanto ella como sus hermanos se quedaron sin acceso de turismos a su domicilio: "Estamos aislados, aquí no puede entrar una ambulancia si tenemos una emergencia, ni podemos descargar ni recoger objetos pesados, ni traer la compra...".
Después de denunciar la situación en el juzgado, el juez les dio la razón en 2013 y obligó al Concello a habilitar una entrada por la zona inferior de la finca. El Concello apeló al Tribunal Superior de Xustiza, y este le volvió a dar la razón a la familia Soto en 2014. Hoy, lo que debería ser un camino habilitado para vehículos continúa con la misma apariencia que hace cinco años. "Los vecinos tienen un muro que no nos permite llegar a casa en coche, y el Concello –que no da un plazo para la obra– sigue sin hacer nada, estamos, hartos", explica Mercedes Soto. La única entrada a su casa, desde la calle Fonsillón, tiene escaleras, y Soto se pregunta qué pasará si un día necesitan a las emergencia médicas.
Según explica la afectada, la vivienda no dispone de enlace a la red de saneamiento municipal, por lo que cuenta con un pozo séptico. "Hace varios meses el pozo se tupió y no pudimos meter ninguna maquinaria para solucionarlo, tuvimos que sacar la mierda de la finca nosotros, con cubos".
El muro
Después de las obras, la vivienda quedó rodeada de un muro de cuatro metros de alto. "Alguien que pase por la acera puede tocar el tejado de mi casa sin ningún esfuerzo, no tiene lógica", apunta Mercedes Soto. Además, asegura la peligrosidad: "Hay muchos coches que vienen aquí a hacer trompos por las noches, y cuando pasan por la rotonda lo hacen a mucha velocidad. Cualquier día entra uno para dentro de la finca. Lo tengo claro".
