Tribunales

El forense refuta al acusado de intentar matar a su mujer

Joao Oliveira Alvez está en prisión provisional desde enero de 2017. (Foto: Miguel Ángel)
photo_camera Joao Oliveira Alvez está en prisión provisional desde enero de 2017. (Foto: Miguel Ángel)
Considera "altamente improbable" las heridas de la víctima con una caída fortuita al resbalar

Joao Oliveira Alves, acusado de intentar matar con una sartén a su esposa el 2 de enero de 2017 en la casa que acababa de comprar en Castrelo do Val, aprovechó su derecho a la última palabra en el juicio celebrado en la Audiencia para desearle felicidad a su ya exmujer con una frase que sonó rara por ininteligible: "¡Qué sea muy feliz hasta la muerte!". Acababa de escuchar a su letrado, intentando amortiguar los argumentos de las acusaciones, que ayer se vieron respaldadas por los informes de los peritos en cuanto al origen criminal de las lesiones.

En la sesión de ayer, ninguna de las partes varió su postura inicial. La fiscal reclamó 10 años de prisión por tentativa de homicidio: la acusación particular un total de 13 años y la defensa la libre absolución aunque plantea una alternativa con un delito de lesiones con la atenuantes de arrebato y dilaciones indebidas.

El forense Fernando Serrulla, que reconoció a la mujer que denunció a Oliveira Alves por tentativa de asesinato el 2 de enero de 2017, descarta que las lesiones sean accidentales. Para este especialista, es "altamente improbable" que G.L.M. hubiera caído tras un resbalón -la versión que da el procesado-. Y ello, porque la víctima presentaba hasta tres heridas incisocontusas en la frente, en el mismo plano pero en zonas distintas.

En el cráneo, contabilizó, además, "al menos ocho impactos" -focos traumáticos- de intensidad moderada -el cráneo no se fracturó-. Serrulla valoró que la conjunción de tres factores hizo que la mujer no muriera ese día: la masa del objeto empleado (la sartén); el hecho de que la víctima padece una patología, solo visible en radiografías, que hace que su hueso frontal tenga el doble de tamaño de lo normal y los actos de defensa (la víctima se protegió con las manos mientras la golpeaba con la sartén).

Durante la exposición de los informes finales, la fiscal destacó el valor probatorio de la declaración de la perjudicada, ofreciendo siempre la misma versión, y las múltiples contradicciones del acusado. "Siempre que se le hizo algún tipo de pregunta difícil de responder se ha limitado a señalar que la víctima mentía", destacó. Para la acusación pública, la intención criminal está acreditada porque así lo anunció -"le dijo que la iba a matar y que no iba a ver más a sus hijos-  sin olvidar que no quiso llevarla al hospital hasta el día siguiente. Pero también cuando se sorprendió de que, al despertarse, siguiera con vida.

Además, la Fiscalía aduce que la esclerosis múltiple que padece el acusado "no le impide realizar los hechos relatados ya que solo le afecta a miembros inferiores de forma leve o moderada". 

El letrado de la acusación particular considera que Oliveira Alves tenía la intención de asesinar a su esposa porque hubo "alevosía sorpresiva": la denunciante estaba preparando una sopa cuando el acusado se acercó por la espalda y la sujetó por los pelos para propinarle un primer golpe contra la encimera de la cocina.

El abogado de la defensa destacó la enfermedad que padece el procesado para señalar que "no se entiende cómo un hombre que anda con una muleta puede sujetar a una persona por la parte de atrás, taparle la boca y golpearla hasta hacerle perder el equilibrio". En cuanto a los informes periciales, asegura que "hablan de hipótesis y posibilidades". 

No sólo negó que quisiera matar a su exmujer sino que "el comportamiento de Joao con G. era impecable".

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