CRÓNICA

El fuego deja sin cuadros al "Picasso de Carzoá"

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photo_camera Ricardo Fidalgo, vecino de Carzoá, este martes, en la gasolinera de Cualedro.
Ricardo Fidalgo se jubiló hace varios años y ocupaba su tiempo en una pequeña casa, en Carzoá, donde tenía lienzos y cuadros. En las últimas horas, el fuego arrasó con sus grandes pasiones. Hoy trata de no venirse abajo

Ricardo Fidalgo, natural de Carzoá (Cualedro) y de 63 años, es un vecino peculiar, de esos que se hacen querer y que tiene una sonrisa que nunca se desdibuja, ni siquiera, en los peores momentos. La oleada de incendios que vive la provincia le deja como uno de los grandes damnificados, pues perdió una pequeña casa en la que albergaba algunos de sus bienes más preciados: cuadros y material para pintar. Y es que este emblemático "Picasso de Carzoá" -como le llama cariñosamente algún vecino para animarle en estos días difíciles- disfruta del arte -también talla madera- y del baile, una actividad en la que, asegura, que ha conocido a grandes amigos que hoy se muestran preocupados por su situación.

Él, sin embargo, prefiere esbozar una sonrisa. "É verdade que esto é un desastre total. Non fun eu solo, hai máis afectados. Eu vivo na casa que era dos meus pais pero naquel inmoble tiña eu as miñas cousas para pintar. Quedou todo carbonizado", lamenta. "Era o meu pequeno taller... tiña pinturas, esculturas... pero nada, non quedou nada. O lume arrasou con todo, non deixou nin rastro. Pero estamos ben que é o importante", añade. 

Ricardo asegura que, pese a la situación complicada, su familia -que también se ha visto afectada directamente por la oleada de incendios, concretamente, una vivienda de su tía, residente en Ourense, quedó abrasada por las llamas- "e os veciños e amigos que o queren ben" se han preocupado mucho por él. También el Concello de Cualedro. "Xa me dixeron que iban a mirar que podían facer. Está todo en marcha nese senso e a verdade é que non teño queixa ningunha", aseguró el damnificado. "Eu estou tranquilo. Pasou esto, pero hai que ter paciencia. É duro, pero xa estou máis animado grazas aos amigos, sobre todo, os de Xinzo. Alí, onde vou ao baile, teño toda unha familia enteira. Xa levo catro anos. Tamén a miña familia de sangue se preocupou por min, non teño queixa", añade. 

Los sueños de Ricardo, que precisamente recibió en 2009 la Medalla al Mérito de Protección Civil por jugarse la vida para rescatar a un anciano, no han sido los únicos abrasados por el fuego que se ha ensañado con Cualedro, un año más. Una pareja de la zona ha perdido el colmenar gracias al que elaboraban la miel y al que habían destinado grandes esfuerzos a lo largo del año. Se trata de una actividad que estaba ganando adeptos en esta zona y que contribuía, como otras que se habían puesto en marcha -movilización de terrenos para pasto en el banco de tierras, entre otros- a mantener el monte activo. Cualedro, con más de un millar de hectáreas calcinadas en las últimas horas, espera poder despertar pronto de una pesadilla que ya es recurrente y que le retrotrajo al verano del 2015, un año en el que se superaron las 3.000 hectáreas calcinadas y en el que la Serra do Larouco se tiñó de negro.

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