MANZANEDA

Una fuerte granizada acabó con el 80% de la uva en el valle del Bibei

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photo_camera Estado en el que quedaron las cepas de algunas viñas tras la granizada del pasado viernes.

Alcaldes y viticultores se reúnen mañana para buscar soluciones

A las siete y media de la tarde del pasado viernes, el cielo se cubría de gris y dos tormentas confluyeron en la zona del río Bibei a su paso por los municipios de Manzaneda y Trives. La localidad de Langullo se llevó la peor parte, pero también se veían afectados los viñedos de la D.O. Ribeira Sacra y campos de cultivo de Mendoia, Sobrado y San Fiz, en Trives y A Mata, Soutipedre, Seoane, San Miguel y San Vicenzo en Manzaneda."Máis dunha hora durou a tormenta en algunhas zoas nas que agora non queda nada porque a saraiba arrasou con todo", cuentaLaura Lorenzo, gerente de Daterra Viticultores, un proyecto personal que se ha visto mermado en su totalidad de producción en algunas zonas y en más de un 50% en las que menos. "Lo peor se lo ha llevado el pequeño viticultor" explica, "hay algunos, sobre todo en la zona de Langullo, que no van a poder salvar nada, y aún peor, con las cepas dañadas para la cosecha del año que viene".

De momento, las primeras reacciones vienen desde los propios concellos afectados. El regidor de Manzaneda, David Rodríguez, expresaba su preocupación y anunciaba una reunión en el Concello. "Mañá ímonos reunir o alcalde de Trives e máis eu para falar das perdas que sufriron os viticultores nesta zona porque temos recollido queixas da devastadora saraibada do venres e queremos falar con eles". La intención principal es la de declarar el área como zona catastrófica.

"Las pelotas de hielo que caían del cielo eran enormes, como pelotas de pin-pon, y se acumulaban en las orillas de la calzada como si hubiese nevado", explica sorprendido Gutier Seijo, enólogo de la bodega Dominio do Bibei sita en Langullo, el epicentro de la tormenta. Tan grandes y tan resistentes que a la mañana siguiente todavía permanecían en las fincas.

"Nosotros habremos perdido entre un 70% y un 80% de la cosecha y lo que estamos haciendo desde el sábado es intentar que las plantas se regeneren, por lo que en muchas estamos eliminando el propio fruto porque la granizada las dejó sin hojas y no tienen de donde coger la energía para realizar la fotosíntesis". Los acontecimientos han obligado a que todo el personal de la bodega se ponga trabajar en el viñedo para "conseguir cicatrizar a la planta y que los hongos no la maten".

La convocatoria de reunión en Manzaneda era bien recibida por los viticultores. "Me alegro de que se nos tenga el cuenta", apunta Pío Domínguez, dueño de una pequeña bodega con su mismo nombre sita en A Pobra de Trives, cuya cosecha se veía afectada en un 95% en los viñedos situados en la zona de Langullo y en un 80% en los menos afectados por la tormenta. A pesar de estar satisfechos por el interés mostrado por los alcaldes, algunos declaraban ser "los grandes olvidados" en cuanto a la recepción de ayudas en este tipo de situaciones, lo que en ocasiones les hubiera llevado a "coger las maletas y abandonar el campo".

Así lo explicaba Ana Pérez, trabajadora de la bodega Ladeira da Mata, tras la desesperación de ver la cosecha prácticamente arrasada. Ningún viñedo de la D.O. Valdeorras resultaba dañado en la tormenta.

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