Historias del coronavirus

“Fumar mata”... estos días menos

Carlos fuma a la espera de su turno en el estanco. (Fotos: José Paz)
photo_camera Carlos fuma a la espera de su turno en el estanco. (Fotos: José Paz)

Uno de los síntomas que nos han trasladado del coronavirus es la inflamación pulmonar, de ahí la necesidad de respiradores artificiales. "Fumar mata", advierte el Ministerio de Sanidad. Aun así, su venta es “esencial”.

La venta comercial en frío es muy dura. En los dos últimos días un servidor ha recibido una llamada de estas, de una compañía de seguros; en una ofertaban un seguro de vida, en la otra, de decesos. “No por Dios, disculpa”. En esta vida zombi que nos toca hay dos mundos paralelos: uno real, que no reconocemos; el otro mental, a modo de tormento. 

Para estas líneas diarias se ha pateado y hablado con mucha gente. Uno ha sentido y medido el miedo, la desesperación; también el consuelo y la esperanza. Lo que nunca hubiera imaginado es palpar el nerviosismo, la ansiedad y hasta “rayadura” emocional a las puertas de un estanco. 

OURENSE 1/04/2020.- Historias del coronavirus. el vicio del tabaco. Manuel Fernández, estanquero.  José Paz

Días de persianas bajadas, salvo las tiendas de comestibles, informática, farmacias, quioscos de prensa, que están abiertos, también los estancos. Considerados servicios esenciales. 

En el estanco

A las puertas de un estanco de la avenida de Zamora, la cola zigzaguea a lo largo de la acera; los coches paran y aparcan a la par. El negocio despacha prensa, chuches, pero lo que se viene a buscar es el “vicio”. ¿Servicios esenciales? “Sí, por Dios, que no nos quiten el tabaco; como cierren los estancos nos volvemos locos”, comenta Carlos Carracedo. Amable, franco, responde a borbotones, mientras saborea un cigarro mañanero. A la espera con su perro, “vivo al lado, tampoco puedo ir lejos, el otro día me pararon y me dijeron que no me alejara más allá de 500 metros de casa”. En el interior, Carla González reconoce la situación. La ansiedad que estos días agita al personal: “Si los estancos cerrasen, se produciría un problema de orden público, seguro”.

“Si los encierras en casa y no les das tabaco, los vuelves locos”, comenta Fernando, en la cola; dejó de fumar hace poco, pero viene a comprar para la mujer: “No es cuestión de moverse a lo tonto”, comenta. Como su caso hay alguno más, algunos vienen en traje de faena. “Tal vez sea buen momento para dejar de fumar”, comenta José. Incluso hay quien hace cola -algo raro- por alguna otra cosa. Los hay que salen con varias cajetillas, y hasta con un par de cartones. Se meten en el coche. 

OURENSE 1/04/2020.- Historias del coronavirus. el vicio del tabaco.  José Paz

“Fumar mata”, reza en las cajetillas, con unas fotos de espanto. “El más barato cuesta algo menos de 3 euros; la mayoría ente 4 y 5”, comenta Cristina López, al mostrador de otro estanco junto al Jardín del Posío. Reconoce que cuando se habló de cerrar todo, la gente hizo acopio, luego al ver la normalidad ya no. Este estanco es mínimo, lugar no recomendable para aprehensivos. A las puertas un señor enmascarado y nervioso bracea por la tardanza en salir de quien sólo pregunta. Le invito a entrar, ni de coña pasa, casi ni respira. Salgo y le dejo pasar, va como levitando, ni al salir quiere soltar palabra. En su mente solo hay una imagen... bueno dos: tabaco y coronavirus. 

Junto al CHUO, en Ramón Puga, hay otro estanco. Una joven muy embarazada pide dos paquetes de Winston. En la puerta, el repartidor de Logista espera con la mercancía en el carretillo. Por el volumen parece importante. “Para 11 días”, comenta el estanquero Manuel Fernández. Dice que estos días de confinamiento, la mayoría de los clientes que vienen a comprar son gente del entorno sanitario. “Con el tabaco siempre hubo una doble moral”, en la actitud del Estado percibe una clara intención recaudatoria. Vende también chuches y peluches pero, como todos los estancos, destaca por la milimétrica disposición de las cajetillas, siempre en colores llamativos, a pesar de las fotos. 

De regreso, el pensamiento vuelve a la llamada del seguro de decesos. Lo que faltaba.

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