Los fundadores de las Comisiones Campesinas se reúnen por primera vez en 38 años

Imagen de los fundadores de las Comisiones Campesinas. (Foto: Rosa Veiga)
Los 7 fundadores, vivos, de las Comisiones Campesinas creadas en la clandestinidad en 1969 en la provincia de Ourense, se han reunido por primera vez para recordar movilizaciones, el apresamiento de todos en 1971, los meses de cárcel y torturas y la absolución judicial tras la defensa, entre otros, de Cristina Almeida.
Uno de los sindicalistas es Carlos Barros que hoy se reunió con José Arias, Manuel Peña Rey, Camilo Dios, Augusto Valencia, Antonio García, Norberto Salgado y Antonio Pérez Barreiro para intercambiar recuerdos y experiencias que se darán a conocer en un libro editado, según explicó Barros, por la fundación ‘Diez de Marzo’ de CCOO, el próximo año.

La excusa para la reunión fue la presentación de las memorias de José Arias, en las que cuenta su labor en la cooperativa vitivinícola del Ribeiro en los años 60 y 70, ‘cuando los agricultores se dejaban la piel trabajando los viñedos, para después quedarse con el vino en las bodegas, porque los almacenistas lo controlaban todo’, subrayó Arias.

Esa presentación dio pie a una comida de reencuentro y trabajo en la que, según narró Peña Rey, hablaron de dos años intensos de Comisiones Campesinas, cuya principal acción fue la campaña ‘non pagar’ en relación a una cuota empresarial de la Seguridad Social Agraria, que los agricultores pagaban ‘a cambio de atención sanitaria en partos y poco más’.

El sindicato clandestino instó a los agricultores de Ourense, que eran el 60 por ciento de la población de la provincia, a no pagar con octavillas, carteles de Xaime Quessada -otros de Virxilio y José Luis de Dios fueron vetados por la censuray movilizaciones sociales que lograron ‘la retirada de dos cobros de esa cuota en Ourense y en Lérida’, agregó Barros.

También denunciaron la actitud vejatoria del sacerdote de una parroquia de Verín que ‘fue el detonante para que nos fuesen apresando en Xinzo, Ourense y Verín y nos enviasen a la prisión de Ourense’, agregó Dios.

Estando en prisión, la movilización social continuó y fueron visitados por Ramón Otero Pedrayo y José Luis Temes, entre otros, y la denuncia de torturas infligidas a Barros dio lugar a protestas y acciones, como la del escultor Acisclo Manzano que realizó una obra con ese título.

Todos los reunidos hoy en Ourense fueron acusados por el Tribunal de Orden Público de Madrid de ‘mala conducta social’, aunque sólo Barros estuvo en prisión, en Carabanchel, hasta el día del juicio en 1971, pero el resto, según Peña Rey, comió antes de entrar en el juzgado con la actriz Marisa Paredes y el bailador Antonio Gades, ‘que se solidarizaron con nosotros’.

El tribunal pedía 29 años de prisión para cada acusado pero, según Antonio García, la defensa, a cargo de Cristina Almeida, Nemesio Barxa, Alfonso Pazos, Alfonso Alvarez Gándara y otros, ‘consiguió dejar en evidencia que ni siquiera la legalidad franquista servía para demostrar nuestra implicación en un grupo clandestino, ya que todos la negamos’, agregó Barros.

Los impulsores de Comisiones Campesinas consideran que su proceso fue el segundo más importante de la época, tras el denominado ‘proceso 1001’ contra Comisiones Obreras en 1972, ‘y hay que explicar a esta provincia, que estuvo muy presente en la historia de la época’, agregó Peña Rey.

Los ocho fundadores, todos de Ourense excepto Barros, recordaron la ausencia de Sergio Sandoval, de Vilaza (Monterrei), fallecido hace algunos años y sobre el nacimiento del sindicato clandestino, indicaron que fue gracias al impulso de uno de los dirigentes del Partido Comunista, el gallego Santiago Alvarez.

También tuvieron que ver con las protestas en la comarca del Ribeiro por la construcción del embalse de Castrelo de Miño, donde se ‘arruinó una de las mejores zonas agrarias de Galicia para favorecer los intereses del amigo de Franco, Pedro Barrié de la Maza’, agregó Dios.

Barros señaló, también, que a pesar de que llegó ya el momento de explicar y dar a conocer la represión y la situación durante la Guerra Civil y el decenio posterior, ‘a lo mejor la sociedad aún no está preparada para conocer los últimos años del franquismo, con sus torturas y persecuciones, pues igual que vivimos las víctimas también viven los torturadores, como tres policías de esta ciudad’.

El libro con la memoria de todos ellos se titulará ‘Testemuñas: Comisiones Campesinas 1969-1971’.

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