Expourense inauguró este jueves el I Congreso Internacional de Directivos Funerarios, que termina hoy, tras aplazarse la Feria Internacional sobre Productos y Servicios Funerarios. Tanto los ponentes como su directora, Emma González, lamentaron que no se tenga en cuenta al sector a pesar de su importancia durante la pandemia. Así, se reivindican como último eslabón de la cadena sanitaria, piden a las autoridades que cuenten con ellos y defienden que cuanto más integrados estén en el sistema sanitario más eficaces serán al enfrentar cifras exponenciales de fallecimientos.
Antonio García, presidente de la Federación Gallega de Servicios Funerarios, subrayó la importancia de crear lazos en un sector compuesto por pymes, y Alfredo Gonsálvez, secretario general de la Asociación Española de Servicios Funerarios, puso en valor el esfuerzo realizado durante esta crisis.
Por su parte, Rosendo Fernández, vicepresidente de la Diputación provincial, declaró que "si hay un sector que estuvo a la altura es el funerario, cuyos trabajadores sufrían como un familiar más al no poder permitir que se despidieran de sus seres queridos". Agustín Palacio, director de innovaFuneraria, reiteró que "este trabajo no es valorado por la opinión pública", destacando que se trata de un sector "con el sentido de la empatía muy desarrollado", y subrayó la importancia de cambiar la percepción de la gente sobre él.
Rituales mortuorios alrededor del mundo: cortes de dedos y meriendas de buitres
Carmen Olmeda, directora de La Guía Funeraria, protagonizó una ponencia sobre los más inusuales ritos funerarios. Inició este viaje con los budistas tibetanos, para los cuales el cuerpo es "una cáscara vacía" tras la muerte. Olmeda relató cómo aún hoy en el Tíbet "se les hacen cortes profundos a los cadáveres y luego son ofrecidos a los buitres, que dejan el cuerpo deshecho poco después". También en las torres del silencio de Bombay, donde los parsis acumulan a sus muertos, los pájaros acuden a arrancar la carne, y cada noche se aprecia el vuelo de cuervos sobre las torres.
El machismo salpica a los rituales. En la India a las mujeres no se les permite asistir a la cremación, ya que se piensa que son débiles y sus lágrimas impiden el ascenso al cielo, y en Papúa etnias indígenas obligan a mujeres y niños a cortarse la falange de sus manos para honrar a los fallecidos. Además, Olmeda recordó cómo tribus del Amazonas consumen la carne de los fallecidos para absorber su "esencia".
