El futuro es cosa de perros y gatos

Este es el análisis personal que hace Antonio Nespereira sobre la actualidad de Ourense. Las prioridades y también soledad Los perros han dado el sorpasso a los niños y las clínicas veterinarias tienen más afluencia que las consultas de pediatría. Cada 1 de enero es costumbre en las redacciones dar información sobre el primer bebé que viene al mundo con el año recién estrenado. Hay que ir con los tiempos, se impone contar que en el centro canino equis ha nacido Lola, una preciosa podenca, mientras en el Materno Infantil vino a este mundo Toby, un rollizo bebé que pesó casi cuatro kilos. En casa viven los adolescentes Fifí y Lulú con Alberto, un pastor alemán que es un revoltoso. Las convenciones sociales mutan a gran velocidad. Contaba este periódico que en Ourense hay casi 93.000 mascotas, tres veces más que menores, otra bofetada demográfica, que afecta poco porque tenemos callo. Ciertas firmas de moda renuncian a fabricar prendas de bebé y prefieren lanzar líneas de ropa y complementos para chuchos o mininos, porque el negocio es el negocio. Hay muchas conclusiones que se pueden sacar de todo eso, claro, pero podríamos detenernos en la cantidad de parejas en edad de procrear que en casa tienen cunitas para las mascotas y no para los bebés. También cómo la carcoma de la soledad desfigura el alma a nuestros mayores, a los que un perro o un gato dedica un tiempo y una compañía que la familia ya no tiene, porque los hijos o no están o no vienen a verles. Este cambio de modelo no es imputable solo a Ourense, solo que aquí es especialmente llamativo: menos niños, más mayores cada vez más solos. Y más mascotas, pero estas no nos sacan del atolladero social en el que estamos. Vivimos abocados a aprender a ladrar y a maullar para entendernos entre ladridos y maullidos. Que se ponga La Administración se desvela por nosotros, como acredita en cada una de sus medidas. Algunas, como el Concello de Ourense, muy especialmente, porque ha adjudicado estos días un par de servicios para prestar atención a los mayores que viven solos. Llamándoles, y cosas por el estilo. Se ocuparán de la tarea unos adjudicatarios sin experiencia, pero eso no es relevante, como todo lo que pasa en la institución. No se descarta que para que pasen el rato a los ancianos solos les ofrezcan por teléfono audios de ciertas intervenciones de los plenos municipales. Es lo más parecido a sentirse acompañados de mascota. Lo de siempre En estas páginas se decía que uno de cada cinco coches de la provincia no pasa la ITV a la primera porque presentan deficiencias y que el parque automovilístico ourensano es el más antiguo de España. Otra vez el estigma del envejecimiento que nos asalta en la esquina de cualquier calle. Ourense con coches de color sepia, como las fotos del baúl que duerme en el desván. Es la ciudad que, gracias al empuje de Jácome, pronto cederá el tercer puesto de urbe más poblada de Galicia, según la proyección del padrón aquí publicado también. Es este rincón que tiene más recursos que nunca y unas posibilidades que para sí quisieran otras entidades de población menos agraciadas y que nos miran por el retrovisor. Muy cansino esto de repetir que nadie, salvo los lugareños, salvarán a esta tierra de la debacle. Pero envejecemos y perdemos vigor para la reivindicación, y ya solo queremos pasar la mano por el lomo del gato que duerme en el regazo y observar cómo el perro mueve la cola esperando ir de paseo con nosotros. No estamos solos. Para conciertos Por envejecer hasta lo hace sin remedio el patrimonio construido. Los okupas entran en lugares que la propia administración no mantiene, la misma que multa a un propietario por no tener un edificio bien conservado y consiente que los suyos corran el riesgo de venirse abajo. Ahí está la vieja cárcel, el centro de parques naturales, las pozas de Maimón, el hospital de Toén, el Bamio, edificios nobles del casco histórico y otros muchos sitios. Ahora que, bien mirado, no tiene por qué ser malo que Ourense se caiga a pedazos. Grandes conciertos de todos los géneros tuvieron lugar en emblemáticas ruinas. Es una idea para que el alcalde monte ahí el escenario de las orquestas, su única actividad. De la música también disfrutan las mascotas. Al poner la lupa ELISEO TRIGO Llovió como antes de Facebook Llovió estos días como si fuese invierno, con su estela de agua bastante mojada y ríos que se han venido arriba, hasta romper las costuras del cauce. Las nubes se ciscaron sobre nosotros como un desahogo y las precipitaciones llegaron en tal cantidad como no se veía desde antes de Facebook e Instagram. La obviedad del tiempo la hemos convertido en espectáculo, con unidades móviles diciendo que llueve y nieva, con conexiones en directo con reporteros a los que se les despeina el flequillo y se le revuelve el paraguas. La meteorología tiene su estética, una especie de concurso de fotografías en acantilados con el mar embrabecido, asumiendo el riesgo de que una ola se pape el Iphone y al niño que llevas de la mano. El invierno lo traemos los medios de comunicación, como la primavera El Corte Inglés. Así vamos pasando estos meses por aquí, en espera del verano, en el que nos veremos hablando de calor y sequía. El portafotos José Manuel Fernández Gómez José Manuel Fernández Gómez era hasta el martes alcalde de Paderne de Allariz. Dimitió, como es costumbre, por “motivos personales” después de estar 16 años como regidor, otros tantos como teniente de alcalde y aún dos más como concejal. Y, enigmático, no descarta volver. Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina, a ver qué pasa. De momento confesó en este periódico estar agotado, despertarse siempre con el Concello en la cabeza y con pocas horas de sueño. De camino hacia la cefalea y el insomnio se dirigió a gran velocidad Manuel Pérez Nóvoa, su sustituto en el cargo. Reconozcámoslo: para ser alcalde de un pequeño municipio hay que ser de otra pasta porque por la pasta no se está, creo. Administran escasos recursos, se las ven y se las desean para cumplir con los servicios básicos y la gente siempre pide más. Hay que tener una vocación de servicio y sacrificio contrastada y un cuajo notable para el cargo, y aún así hay gente que se pelea en todos los partidos para encabezar la lista del pueblo. Mucho valor, sin duda, pero debe merecer la pena porque, aún con eso, hay quien permaneció 16 años como alcalde, otros tantos de teniente de alcalde y aún dos más como concejal. Como José Manuel. Tiene mérito.