COMERCIO EN LA CIUDAD

Galerías comerciales, un modelo de negocio que lucha por sobrevivir

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photo_camera Una mujer recorre uno de los solitarios pasillos

Cerca de 30 áreas se abrieron en la ciudad, abanderada de esta moda que decayó con la bonanza económica pero que apunta a una segunda oportunidad gracias a los moderados precios de los locales

Las galerías comerciales, un modelo que surge en los años 50 y 60, y por el que la ciudad de Ourense apostó de una manera decidida, muestra de lo cual son esas cerca de 30 instalaciones repartidas por toda la geografía urbana, necesitan reciclarse. Así al menos lo da a entender la situación que viven una gran parte de estas áreas comerciales, en las que un número importante de sus locales están cerrados, pendientes de alquiler u ocupados por actividades que no requieren un escaparate de cara al público (gestorías, inmobiliarias, despachos de abogados...).

"Yo no conozco ningún caso como el de Ourense, porque estamos hablando de casi 30 galerías, cada una con una media de 20 locales, con lo que nos vamos a los 1.000 pequeños comercios dentro de galerías comerciales, que es un auténtico desfase de oferta", apunta el presidente de la Federación de Comercio de Ourense, Aurelio Gómez Villar. Él explica que "la falta de una gestión eficaz es la razón de que unas desaparecieran, como fue el caso de las ubicadas en avenida de As Caldas, en A Ponte -ahora ocupadas por un bazar chino frente a la Plaza de Abastos número 2-; otras estuvieran sobredimensionadas -como las del Edificio Malingre, y ahora tienen gran parte de sus locales cerrados-, y otras, como es el caso de las Dorzán o las Proyflem, han sido ocupadas en su práctica totalidad por Maryan o Modas Amorín, respectivamente".

A éstas hay que unir las Tobaris -cerradas con el nuevo siglo y decanas de la ciudad-, las Centrales y las Lido, en Juan XXII, "que fueron las primeras en construirse", recuerda Gómez Villar; las galerías San Francisco; el Centro Comercial Avenida de Zamora; las galerías Miño, Multicentro, Progreso, Galicia y Roma, en la calle Progreso; las Sol, Viacambre y las mencionadas Dorzán, en Paseo; las galerías Xesta y Santo Domingo en esta última calle; las Israel y Tesouro en avenida de Buenos Aires; las Villa Argentina en avenida de La Habana; las Parque de San Lázaro; las galerías Posío, las Jardín y "otras sin nombre", reseña Aurelio Gómez, en la zona de O Posío, o las galerías Doctor Marañón. Son un total de 27 galerías comerciales, repartidas por prácticamente todos los barrios de la ciudad.

"Conozco incluso que hubo proyectos para alguna otra entre Doctor Fleming y Progreso, y una más en la parte más próxima a Correos que no llegó ni a desarrollarse; de hecho, desde hace 20 años no se ha construido ninguna nueva", señala el presidente de la Federación de Comercio, quien subraya el hecho de que "algunas, como las Proyflem, instalaron las primeras escaleras mecánicas de la ciudad y parecían el precedente de los actuales centros comerciales porque tenían mucha clientela en sus diversos locales; pero todas estas iniciativas entraron en crisis porque carecían de un gestor".

Por otra parte, "no había tanta demanda como para sostener todo ese comercio que se estaba creando en las galerías", añade.

En cuanto a la posible solución de cara al futuro, el sector comercial apunta que, al menos las galerías más grandes, las del centro, deberían pensar en una gerencia compartida e intentar buscar ayudas públicas para dinamizarlas y campañas que les den vida. Hay, sin embargo, algún "brote verde". De hecho, se siguen alquilando locales en galerías de la zona centro, sobre todo para oficinas o negocios que no necesitan escaparates cara al público. "El alquiler de oficinas en el centro y semicentro se está recuperando, están subiendo los precios y hay gente que opta por un local en galerías, porque puede ahorrarse hasta un 40 %", señala Benito Iglesias, presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein).

gle3_resultDaniel Ramos: “Había muchos establecimientos vacíos, pero este año se alquilan”

Daniel Ramos, dueño de un estanco con escaparate a la calle Progreso, en las galerías Roma, reconoce que "hasta ahora la mitad de los locales estaban vacíos, pero este año se han alquilado cuatro o cinco espacios, quizás sea porque los alquileres a pie de calle tienen precios prohibitivos".
Cuando se le pregunta por el tipo de negocio para el que se están alquilando estos locales, Ramos señala que "son abogados, peluqueros, centros de estética, una inmobiliaria, una tintorería, costureras...". Se trata de negocios que, al contrario que una tienda de textil, por ejemplo, no requieren de un escaparate cara al público para vender su producto. En unas galerías que, por cierto, "se están renovando", según subraya Ramos.

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Conchita Amorín: “Yo llegué a ver los locales
de todas las plantas ocupados”

Conchita Amorín lleva 28 años al frente de su negocio de textil en las galerías Proyflem y ha vivido de cerca el declive de este modelo comercial. Su establecimiento ocupa prácticamente todo el entresuelo. "Aquí siempre hubo muchos negocios abiertos y todos ellos con muchos clientes; pero ahora, gente que llevaba años trabajando aquí se van jubilando y los hijos, en ocasiones, aunque reciben el testigo, no es lo mismo". "Yo, cuando llegué aquí, hacía cuatro años que llevaban las galerías abiertas y éramos muy pocos, pero llegué a ver todos los locales ocupados en todas las plantas; ahora hay muchos cerrados", añade Conchita Amorín, que anuncia que "ahora estamos intentando renovarlas".

gale_resultAna Isabel Fernández: “Veo cada vez menos movimiento, y eso a pesar de que estas galerías tienen tránsito”

"Yo abrí esta cafetería a finales  de febrero de este año y la verdad es que el movimiento de gente por las galerías bajó mucho con respecto a lo que era habitual en esta zona", señala Ana Isabel Iglesias, que regenta una local en galerías Viacambre, una de las que cuentan con más locales abiertos, a día de hoy, en la ciudad.
La hostelera reconoce que, de todas formas, "ésta es una galería que siempre fue un poco distinta a las otras. Es cierto que estos meses de septiembre y octubre ha habido un descenso de paseantes, pero es una galería muy luminosa, muy abierta, que va de calle comercial a calle comercial -Progreso y Santo Domingo- y que siempre suele tener mucho tránsito"; a pesar de ello, insiste en que  "se está notando la bajada de gente con respecto a hace unos años. Yo recuerdo a la gente incluso quedando aquí y reuniéndose con los amigos en estas galerías".

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