La rápida actuación de los bomberos evitó que el incendio se extendiera al resto de la subestación

Gas Natural investiga por qué ardió el transformador de Velle, revisado en verano

El 24 de diciembre pudo pasar a la historia como una Nochebuena negra, cuando a las 10.20 horas explosionó un transformador de la subestación de Velle, con 12.000 litros de aceite en el interior. La intervención de los bomberos evitó que las llamas se extendisen a los otros transformadores. Los fallos en el suministro no superaron la hora de duración.
Velle puso en vilo la normalidad del 24 de diciembre. La explosión y posterior incendio de uno de los cuatro transformadores de la subestación eléctrica de alta tensión sorprendió a sus 50 empleados en las instalaciones. Aunque el fuego no los puso en peligro, sí amenazó la subestación. Los bomberos llegaron a temer que el coloso ardiese durante dos o tres días. A las 13.45 horas estaría controlado y a las 20.00 extinguido. A las 10.20 horas, un transformador de generación, del que se obtiene la energía que producen las turbinas del embalse de Velle, registró una explosión, con el consiguiente incendio, como consecuencia de un cortocircuito. ‘Es la principal hipótesis’, señaló Manuel Menéndez, responsable de la unidad hidráulica de Velle. Fuentes de Gas Natural-Unión Fenosa indicaron que se investigan las causas del cortocircuito. Especialistas consultados, señalan que un fallo en el interior de un transformador puede deberse al desgaste de los aislamientos de bobinados de cobre, si bien Menéndez descartó que ‘el problema fuese un fallo de degeneración’. Los transformadores hidráulicos ‘tiene un protocolo muy exhaustivo de pruebas, y el que ardió fue revisado este verano’.

Activado el protocolo de seguridad, que implica a Protección Civil, 112, Policía Local, Confederación Hidrográfica y por supuestos bomberos, éstos se presentaron en Velle en tres minutos. Seis unidades y 18 efectivos. Se enfrentaban a un transformador que contenía 12.000 litros de aceite en su interior, y que permiten su refrigeración. ‘Aquello pintaba muy mal’, aseguró un portavoz de los equipos de extinción. Cualquier maniobra para aplacar el fuego exigía previamente dejar sin tensión a la subestación. Eso permitió a los bomberos empezar a sofocar las llamas con espumógeno. Pero abría otro problema: el suministro a los usuarios. Una vez a cero la tensión, se dispusieron las medidas para que la energía llegase a través de subestaciones alternativas, de Ourense y alrededores. El ínterin provocó que viviendas y negocios se viesen afectados.

Las llamas colmaban las alturas en un efecto directo de la quema de aceite, que no obstante, fluyó a un depósito de emergencia ubicado bajo la central. Este creaba otra amenaza: la contaminación del Miño. El protocolo había contemplado la instalación de barreras de absorción y contención llegase a la red de abastecimiento. Pero según la Confederación Hidrográfica no se produjo tal contaminación.

Un mecanismo sustituto viaja hacia Ourense

Fuentes de Gas Natural-Unión Fenosa confirmaron en el día de ayer que ‘estamos desplazando ya un transformador para sustituir el actual’. Llegará desde otra central a través de un transporte especial por carretera. Una vez en Velle, ‘en cuatro o cinco días como mucho, estará instalado’, aseguraron desde la empresa eléctrica.

Los cortes en el suministro eléctrico afectó a algunos barrios de la ciudad, y fueron puntuales, como consecuencia de cortar la tensión en Velle y emplear la de subestaciones satélites.

Ahora bien, el hecho de que fuesen puntuales, y apenas superiores a una hora, no evitó molestias. En el transporte ferroviario generó retrasos. El tren entre A Coruña y Hendaya estuvo más de una hora detenido a su paso por Ourense. La falta de energía obligó a cambios de aguja manuales. Una vez reanudó su marcha, lo hizo a baja velocidad. Afectados por el retraso de una hora, señalaron que Renfe les devolvió la mitad del coste del billete.



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