El responsable de Agader, Antonio Crespo, defiende los criterios de reparto 'propostos pola asociación que os aglutina'

Los GDR ourensanos mantienen su reclamación de obtener más fondos europeos

Inicio de la reunión en Santiago. A la derecha, el director general de Agader, Antonio Crespo.  (Foto: Vicente Pernía)
Presidentes y gerentes de los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) de la provincia de Ourense salieron, en su mayoría, desencantados y molestos de la reunión mantenida junto con el resto de representantes de los GDR de Galicia y el director general de la Axencia Galega de Desenvolvemento Rural (Agader), Antonio Crespo, en Santiago.
El encuentro pretendía dar cuenta de los indicadores y criterios empleados por la Xunta en el reparto de los fondos Leader para el periodo 2014-2015 (control de elegibilidad, eficiencia o eficacia) y que, según reiteraba Crespo, 'foron os propostos pola asociación que os aglutina a todos eles coas características dos fondos Leader' y garantizando el futuro de todos los grupos con un mínimo de 400.000 euros anuales.

'Nalgúns casos non se fixo en relacións aos proxectos de execución, senón por os que tiñan en carteira. Actuacións que non teñen ningún tipo de control nin garantías de execución', criticó a la salida de la reunión Francisco García, presidente del grupo Avinza, y enfatizó que 'só nos quedou claro que non hai máis fondos disponibles para o reparto, porque tampouco nos dixeron do uso dos 1,5 millóns da reserva para continxencias'.

La presidenta del grupo que aglutina las comarcas de Terras de Celanova y Baixa Limia, María Jesús Bóo, se sumaba a las críticas por las variables que tuvo en cuenta Agader a la hora de ajustar el reparto y apuntó que se ha enviado una copia con toda la documentación sobre el caso a los diputados socialistas de la Unión Europea.



EQUIPOS TÉCNICOS

El futuro de los equipos técnicos que gestionan los grupos fue otra de las preocupaciones que quisie ron trasmitir, sin éxito, los representantes ourensanos. 'Non é o mesmo o traballo que da a xestión de dous millóns de euros nos concellos do Sil-Bibei-Navea que no Salnés', por la dispersión, los problemas de la menor población en el interior y la dificultad, en ocasiones, para impulsar los proyectos, dada la idiosincrasia y el aislamiento del tejido emprendedor y empresarial en el mundo rural ourensano, cuestionaban Francisco Magide y el representate del grupo de desarrollo de A Limia, Emilio José Pazos.

Así las cosas, Magide se mostraba tajante: 'Co orzamento que nos dan para os grupos, teremos que reducir o soldo e o contrato dos dous traballadores que temos na actualidade'.

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