El “gemelo digital” de la UVigo asegura un curso sin sorpresas

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La plataforma de teledocencia, que fue pionera en España, se mantendrá para otros fines

Las universidades españolas echaron mano de Skype, Adobe, Zoom y de todo tipo de plataformas para impartir docencia virtual en tiempos de pandemia. La Universidad de Vigo fue un paso más allá al crear un “gemelo virtual” de todos los centros y facultades con sus aulas, seminarios, despachos de profesores, sala de juntas y demás espacios para que pudieran conectarse alumnos y profesores con una clave para dar clase, hacer exámenes y para las demás actividades académicas. El curso pudo seguir  así de forma telemática, con muy buena acogida en la comunidad universitaria.

“Queríamos que la clase fuese igual que cuando están aquí y que fuese una herramienta cómoda y fácil de usar”, explica el vicerrector de Planificación José Luis Míguez Tabarés.  Se hizo en un tiempo récord con la ayuda de los servicios internos de la UVigo y de empresas colaboradoras, que emplearon un software libre para ahorrar costes y para poder  introducir mejoras, algunas de ellas a propuesta de los profesores que se estrenaban en este sistema. El Campus Remoto convive con la Plataforma Faitic, creada hace diez años en la Universidad de Vigo y que duplicó su uso estos meses con 40.000 interacciones diarias, y utilizan servidores propios de la UVigo y otros alquilados en la nube. “Aprendimos poco a poco, nació como sistema de videconferencia y fue creciendo”, apunta el vicerrector.

En los últimos días el 89% de las conexiones al campus remoto se hicieron a través de un ordenador, el 9% acceden ya a través de un teléfono móvil y un 2% aproximadamente mediante la tablet. Esta semana las facultades que encabezaban el ránking de entradas eran las de Educación de Pontevedra, la Escuela de Ingeniería Industrial y la de Económicas de Vigo.


Primera tesis virtual


El objetivo es que esta herramienta continúe funcionando por ejemplo para cursos que ya son semipresenciales y que puedan captar más alumnos por esta vía, o para celebrar reuniones evitando así desplazamientos, entre otras utilidades. El gemelo digital de la Universidad de Vigo acogió también la primera tesis doctoral que se leyó en España de forma virtual.


Los estudiantes, satisfechos: “No podemos quejarnos en exceso de cómo ha ido”


El presidente del Consello de Estudantes de la Universidad de Vigo, Daniel Couto, considera que todos los sectores de la institución académica hicieron un esfuerzo importante durante la pandemia, a pesar de que hubo problemas, y que los alumnos “no podemos quejarnos en exceso de cómo ha ido”.

Asegura que la docencia “se llevó bastante bien” estos meses, aunque hubo una minoría residual de profesores que optaron por ver si remitía la situación para volver a la presencialidad, otros que no podían estar al cien por cien por cuestiones personales o familiares y el departamento tardó en buscar soluciones, y otros que se limitaron a subir el temario y respondían dudas por correo electrónico. Pero la mayoría  impartieron las clases de forma satisfactoria para los estudiantes.

Daniel Couto explica que la situación era muy distinta según los cursos, porque en el caso del máster, el doctorado o los cursos superiores (3º y especialmente 4º) fue más fácil planificar los cursos y llegar a un consenso más rápido y flexible sobre los cambios porque son menos alumnos. En cambio, lo tuvieron peor los de primero y segundo curso, porque el volumen de estudiantes es mucho mayor, por ejemplo en materias de Ingeniería Industrial con 150 o 200 alumnos matriculados.

La situación provocó que sindicatos como Anega convocasen la primera huelga virtual en el sistema universitario gallego, pero en el caso de la UVigo tuvo muy poca repercusión. “La situación al principio era un poco caótica, nos movíamos en arenas movedizas”, afirma. ¿Cuál fue el papel de los alumnos de la Universidad de Vigo? Los representantes del Consello de Estudantes hablaron con las treinta delegaciones de alumnos de los centros y facultades de la Universidad de Vigo para conocer sus inquietudes y para elevar propuestas al equipo de Gobierno. Hablaron también con Anega que aportó a su vez iniciativas que se tuvieron en cuenta. 

Los estudiantes celebraron distintas reuniones, que fructificaron en un documento conjunto y que se entregó al equipo rectoral, con el que también hubo varias conversaciones. “Un alto porcentaje de las medidas que propusimos fueron aceptadas, porque no eran cosas exageradas. Tuvimos discrepancias pero aceptaron algunas propuestas. También habíamos solicitado que la Consellería de Educación nos dejase viajar entre provincias porque mucha gente tenía que hacer la mudanza del piso o se había dejado apuntes y materiales necesarios para acabar el curso. Esto se consiguió en  poco tiempo. Luego nos preguntaron por esta cuestión en una reunión del Consejo de Estudiantes a nivel estatal (Ceune)”. 

Subraya Couto que “la conclusión que saco de todo esto es que  es positivo trabajar conjuntamente y que nadie se quede atrás”.

De cara al próximo curso, el presidente del Consello de Estudantes imagina que será en parte presencial y en parte telemático. “Defendemos un modelo que tiene que ser  presencial, esto no es la UNED ni la Universitat Oberta de Catalunya. Nos hemos adaptado como buenamente hemos podido, ahora no tenemos excusas, sabemos cómo funciona, cómo fue la asistencia y la evaluación, habrá que examinar la calidad, pero empezaremos el próximo curso sabiendo lo que pasa”.


El Campus Remoto alberga 1.600 aulas virtuales entre los tres campus


El Campus Remoto de la Universidad de Vigo creó 1.600 aulas virtuales repartidas en los tres campus y desde principios de mayo añadió también 2.700 despachos de profesores para que pudieran realizar tutorías, una de las actividades fundamentales de los docentes que la pandemia había dejado en segundo plano pero que con este nuevo sistema se pudieron retomar. Otra de las novedades fue que se incorporó la posibilidad de grabar las clases y se ofrecieron nuevas posibilidades a la hora de hacer exámenes, tanto orales como escritos.

Los docentes se adaptaron con rapidez y algunos, en especial de la Escuela de Teleco, ejercieron como profesores de sus compañeros para resolver dudas y orientarles. Ahora la Universidad organizó una docena de actividades formativas para enseñar a impartir clases de forma semipresencial y de forma virtual. La convocatoria tuvo mucho éxito puesto que se apuntaron 700 personas, profesores e investigadores. “No se trata de trasladar lo que se hace en las clases presenciales, sino que es necesario reformular el modelo porque la docencia en línea tiene sus propias reglas”, según explicaron. 

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