“La gente aquí es reacia a los servicios sociales”

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photo_camera Marina Ortega, en la sede de su concejalía.

"No estamos preparados para el cambio que estamos viviendo, ni tenemos las políticas adaptadas para ello", apunta Marina Ortega, concejal de Benestar Social, Igualdade e Sanidade del Ayuntamiento de Carballiño

El reto demográfico es de aúpa. "No estamos preparados para el cambio que estamos viviendo, ni tenemos las políticas adaptadas para ello", apunta Marina Ortega, concejal de Benestar Social, Igualdade e Sanidade del Ayuntamiento de Carballiño, desde donde ha surgido una iniciativa novedosa para minimizar este “olvido”, el de una sociedad donde cada vez con más frecuencia nos topamos salpicados por la muerte de personas en la soledad del hogar sin la asistencia de nadie en su auxilio. 

La iniciativa que se propone es la de elaborar un censo donde se puedan registrar –de forma voluntaria- todas aquellas personas que vivan solas y así tener un seguimiento por parte de los servicios sociales y la Policía Local de Carballiño, organismo del que en parte surgió la iniciativa. "Toda la información queda recogida en un aplicativo informático donde se determinan ciertos niveles de alerta, que implican un mayor o un menor seguimiento", dice. El "aplicativo", de momento en fase inicial, se integra de un censo voluntario de personas que viven solas, no solo gente mayor sino también personas jóvenes que están en esa situación. "En una persona de 40 años el seguimiento sería menos pormenorizado que en otra de 80 años, que padezca del corazón, diabetes o con un principio de demencia", explica. En el dispositivo, se integran también otros organismos, Guardia Civil, Cruz Roja y Cáritas.

La ourensana es una sociedad inmersa en su laberinto, un ciclo roto, al igual que otras realidades próximas, donde el modelo de familia de lo que históricamente había sido su sustento, al menos hasta los 70, familias donde el núcleo familiar, estaba integrado por abuelos, padres e hijos. "Una población envejecida, dependiente, donde ya no queda nadie en las casas que se pudiera dedicar a su cuidado, el modelo de familia donde se cuidaban entre ellos, ahora ya no existe", comenta Ortega.

Sin datos

¿Cifras? Desde servicios sociales son reacios, no quieren hablar de ello. "Desde la propia policía lo desaconsejan", apuntan, entre otras cuestiones porque no se corresponden con la realidad en sí o digamos, que la fotografía que surge seguro está distorsionada. Muchas personas están censadas en un lugar, y viven en otro. "Es el caso de una de las últimas fallecidas en O Carballiño, un individuo que figuraba censado en Ourense". Pero el argumentario que envuelve a las personas en la última parte de su vida es a veces tozudo, somos así. "Gente que vive sola por su propia decisión, que no quiere ser ingresada en ningún centro, que aunque tengan familia, no quieren ir a vivir con sus hijos ni con sus nietos", apunta Raquel de Cabo, técnico de Servicios Sociais del Concello, con 12 años de experiencia. 

Otra realidad común es la de las peticiones para internar a personas mayores con capacidades mermadas. El protocolo de actuación se da en el caso de encontrarse con una anomalía entre esas personas que viven solas con las facultades mermadas, bien por la advertencia de un vecino o familiar. "Nosotros hablamos con las personas, familiares, vecinos. Si vemos una situación de riesgo damos parte al juzgado", dice Raquel.

El ourensano mayor es muy reticente a la hora de dejar entrar a alguien en su hogar. "La gente aquí es muy reacia a los servicios sociales. La ayuda a domicilio es cada vez más aceptada, pero los mayores rechazan la presencia de gente ajena en sus hogares. Nosotros ofertamos, en la medida de nuestras posibilidades, todos los servicios, ayuda a domicilio, Xantar na Casa, el ingreso en centros, centros de día; ellos deciden si sí o si no aceptan los servicios sociales", añade.

Iniciativas como esta son la manera de adecuar políticas al problemón que tenemos delante y algunos no ven, o no quieren ver.

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