'Me da rabia ver como nuestros productos no están colocados en el resto del mundo y los de otros países, sí.
Veo vinos y aceites italianos y me pregunto por qué no están los españoles, siendo que muchos son de mejor calidad'. Ese lamento del empresario Santiago Pérez Rodríguez es toda una declaración de principios: en materia de apertura de mercados exteriores hay mucho por hacer y se debe abandonar la mirada introspectiva porque 'lo que se merece España es crecer como exportador'. Su tarjeta de presentación es la de gerente de la sociedad Franco-Española de Importaciones (FEI), nacida en el año 2006 y que mueve ya transacciones comerciales sobre todo con Asia por valor de diez millones de euros.
Esta mercantil comparte domicilio social y espacio físico con Orensanex, en apariencia en las antípodas en cuando al sector de actividad. Pero hay coincidencias, más allá de que Santiago Pérez Rodríguez sea la cabeza visible de ambas empresas. Orensanex nace el 1 de enero de 1998 y se dedica a la venta y distribución de sistemas de higiene y suministros de protección laboral y FEI ve la luz como un complemento 'a las demandas de algunos clientes', razona su gerente, de ahí que comenzasen 'a movernos por los mercados asiáticos'. Lo que arrancó como una intentona es hoy un negocio con síntomas de prosperidad. Las ventas alcanzadas el primer año de funcionamiento apenas llegaron al millón de euros y hoy aquellos resultados se multiplican por diez.
Para fortalecer su presencia internacional cuentan con una oficina permanente en Hong Kong, con lo que canaliza ventas en la doble dirección, tanto importación como exportación con Asia como origen y destino. Esta empresa ourensana tiene nuevos retos que espera asumir en pocos meses. Santiago Pérez comenta que intentarán situar en China productos ourensanos, sin desdeñar otras procedencias. Avanza que partirán pronto los primeros contenedores con vino, aceite o subproductos cárnicos, sobre todo tripas, patas o manitas de cerdo, con buena aceptación entre el consumidor chino.
IMPORTACIÓN
Todo ello cristaliza ahora 'después de seis años de intensísimas relaciones comerciales' en los que no siempre se detectaron resultados positivos a la primera medición. 'Fuimos unos emigrados a la antigua usanza', recuerda el gerente de FEI con aire de alivio al observar que en estos momentos la situación está ya encaminada. 'Nos lo tomamos con más calma', resume, pero matiza que la función de comprar o vender en el extranjero 'tiene un componente aventurero, aparte de la formación que puedas tener'. Pero, como queda dicho, la actividad de esta empresa es de ida y vuelta. Colocan en Asia productos españoles, pero también traen productos en los que las empresas ourensanas están interesadas. Tiene especial cuidado Santiago Pérez en no desvelar quienes son sus clientes, aunque sí los sectores a los que se dedican: 'Importamos packaging del textil, alimentación y accesorios del automóvil', señala. Todos son gremios con implantación en el tejido industrial ourensano.
Franco-Española de Importaciones nació como una prolongación de Orensanex, una empresa que está bajo la misma gestión y que lidera en estos momentos el mercado de la distribución de productos de higiene y salud laboral en la provincia. Se aprovisionan con proveedores americanos, suecos o alemanes, entre otros, y en Ourense colocan el 60% de la mercancía. Un 30% de sus artículos van para clientes del resto de Galicia mientras que el 10% restante sale de la comunidad, incluso para empresas del norte de Portugal.
Esta mercantil comparte domicilio social y espacio físico con Orensanex, en apariencia en las antípodas en cuando al sector de actividad. Pero hay coincidencias, más allá de que Santiago Pérez Rodríguez sea la cabeza visible de ambas empresas. Orensanex nace el 1 de enero de 1998 y se dedica a la venta y distribución de sistemas de higiene y suministros de protección laboral y FEI ve la luz como un complemento 'a las demandas de algunos clientes', razona su gerente, de ahí que comenzasen 'a movernos por los mercados asiáticos'. Lo que arrancó como una intentona es hoy un negocio con síntomas de prosperidad. Las ventas alcanzadas el primer año de funcionamiento apenas llegaron al millón de euros y hoy aquellos resultados se multiplican por diez.
Para fortalecer su presencia internacional cuentan con una oficina permanente en Hong Kong, con lo que canaliza ventas en la doble dirección, tanto importación como exportación con Asia como origen y destino. Esta empresa ourensana tiene nuevos retos que espera asumir en pocos meses. Santiago Pérez comenta que intentarán situar en China productos ourensanos, sin desdeñar otras procedencias. Avanza que partirán pronto los primeros contenedores con vino, aceite o subproductos cárnicos, sobre todo tripas, patas o manitas de cerdo, con buena aceptación entre el consumidor chino.
IMPORTACIÓN
Todo ello cristaliza ahora 'después de seis años de intensísimas relaciones comerciales' en los que no siempre se detectaron resultados positivos a la primera medición. 'Fuimos unos emigrados a la antigua usanza', recuerda el gerente de FEI con aire de alivio al observar que en estos momentos la situación está ya encaminada. 'Nos lo tomamos con más calma', resume, pero matiza que la función de comprar o vender en el extranjero 'tiene un componente aventurero, aparte de la formación que puedas tener'. Pero, como queda dicho, la actividad de esta empresa es de ida y vuelta. Colocan en Asia productos españoles, pero también traen productos en los que las empresas ourensanas están interesadas. Tiene especial cuidado Santiago Pérez en no desvelar quienes son sus clientes, aunque sí los sectores a los que se dedican: 'Importamos packaging del textil, alimentación y accesorios del automóvil', señala. Todos son gremios con implantación en el tejido industrial ourensano.
Franco-Española de Importaciones nació como una prolongación de Orensanex, una empresa que está bajo la misma gestión y que lidera en estos momentos el mercado de la distribución de productos de higiene y salud laboral en la provincia. Se aprovisionan con proveedores americanos, suecos o alemanes, entre otros, y en Ourense colocan el 60% de la mercancía. Un 30% de sus artículos van para clientes del resto de Galicia mientras que el 10% restante sale de la comunidad, incluso para empresas del norte de Portugal.
