El inicio de la desescalada en Galicia permitirá la vuelta de la actividad en los gimnasios, paralizada desde el 27 de enero, tras la entrada en vigor de las máximas restricciones. Desde mañana, podrá haber grupos de cuatro personas más un monitor y las salas de máquinas se pondrán en funcionamiento. Los vestuarios también podrán utilizarse, aunque con un aforo del 30%.
Pero pese al cierto alivio de las medidas, el sector reconoce la alegría de poder reabrir, pero no olvida lo que ha pasado: "Nos hemos sentido muy menospreciados, consideramos que no somos parte del problema, sino de la solución".
Del mismo modo que la hostelería, los gimnasios reclaman a las administraciones una indemnización, a la altura del daño causado por el cierre durante casi un mes. "La federación a nivel nacional va a interponer una demanda por cerrarnos y va a exigir una compensación importante, una de tantas por cierres que no se han basado en datos", avanza Daniel Montero, dueño de Marbel, ubicado en el centro de la ciudad. "El cierre fue de un día para otro, no nos lo esperábamos, no vimos que fuese algo lógico", explica. Montero reivindica que no se tuvo en cuenta a aquellos clientes que llegan a los gimnasios por prescripción médica, así como los beneficios implícito de la práctica deportiva: "Tiene beneficios, tanto psíquicos y físicos, está demostrado. Nosotros podemos ayudar".
Ahora, tienen esperanza en que la Xunta no vuelva a cerrarlos si la situación epidemiológica vuelve a empeorar con el paso de las semanas.
Práctica federada
El deporte inició la desescalada la pasada semana, con la vuelta de las instalaciones al aire libre y los entrenamientos de los deportistas federados en espacios cerrados. "El deporte federado tiene más ventajas en este caso en comparación con el resto de usuarios", explica Montero. En su gimnasio, la pasada semana ya recuperaron las clases para este tipo de deportistas.
