Ayer entró en vigor la nueva normativa para la práctica deportiva en espacios cerrados, que obliga a llevar mascarilla en todo momento del ejercicio. Los gimnasios sienten incertidumbre en cuanto a la duración de esta medida, que ha sido aprobada para una semana prorrogable. Además, muestran sus dudas con que realizar deporte con tapabocas sea una actividad recomendable y defienden que no son instalaciones de ocio sino para el mantenimiento de la salud, mientras advierten a sus clientes de que no deben trabajar con la intensidad de antes.
Aaron Blanco, propietario de gimnasios Artai, lo tiene claro: "La pérdida de clientes está garantizada. A las cuatro horas ya la había notado". Según Blanco, "la mayoría de actividades físicas, en cuanto usas una mascarilla, ya no son saludables. Nos dicen que no hagamos deporte, y lo vamos a pagar en unos meses con todas las patologías que llegarán de rebote". Por su parte, Daniel Montero señala desde Gimnasio Marbel cómo "la mayoría de clientes ya no vienen por estética, sino para cuidar su salud. Y no habíamos tenido ningún incidente en las salas desde que abrimos", recalca. En Via Cambre Fitness ya habían implementado mascarilla obligatoria excepto para el cardio: "Todo lo que sea protección nos parece bien", señala su dueño, Roberto Norbiato. En la misma línea, Saúl Álvarez, gerente de Be One, considera que "hay que respetar la norma aunque no sea cómoda".
Entre los usuarios crece el malestar. Hay quien, como Adriana Campos, ya medita darse de baja: "La respiración es clave para hacer los ejercicios. Estoy pensando en comprarme material y entrenar en casa". A Pablo Delgado también le parece una medida incómoda: "Es imposible mejorar así, te sofocas". En contraposición, Óscar Alcantarilla la considera correcta: "Te cansas antes, pero puedes adaptarte".
