TIROTEO EN EL CHUO

Los gitanos agredidos piden el destierro de sus parientes

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photo_camera El pueblo de San Paio, en Maside, acoge a cuatro familias gitanas.

Los residentes en SamPaio aseguran que "El Gitano" ordenará que abandonen A Fontela

Las cuatro familias de etnia gitana afincadas desde hace año y medio en la localidad de SamPaio, en Maside, pretenden desterrar de la zona a sus parientes del poblado de A Fontela, los mismos que tirotearon e hirieron Francisco Montoya Gabarre y Eduardo Montoya Jiménez el pasado domingo a las puertas del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense. Los lesionados no estaban ayer en la aldea porque se encontraban en el Materno Infantil, en donde la hija de uno de los agresores acababa de dar a luz un niño. El matrimonio de Carmela, hija de Antonio Gabarri, con Jesús, hijo de Francisco Montoya, agravó el conflicto arrastrado desde hace años y por el que los Montoya habían sido desterrados del poblado y se fueron a vivir a San Paio.

Los familiares que estaban en la aldea declaraban que "no queremos saber nada con ellos, por eso nos hemos venido a vivir aquí y estamos pagando un crédito con el que compramos esta propiedad". Ellos reconocen que los enfrentamientos han llegado hasta el punto de que no han permitido que Antonio Gabarri vea a su hija Carmela: "No es por miedo, es que no queremos tener ningún contacto con ellos", insistían, añadiendo que "en próximos días habrá más detenidos", aunque no concretaron a quién se referían. Ayer ingresó en prisión Antonio Gabarri, sus dos hijos y un hermano.

La familia Montoya asegura que ha intervenido "El Gitano", un hombre al que respetan en toda Galicia y que reside en Vigo. "El gitano ha decidido desterrarlos y tendrán que marcharse de A Fontela, para A Coruña o a donde quieran pero no podrán quedarse aquí". Al mismo tiempo, insistían en que "no queremos hablar más porque lo ocurrido nos avergüenza". No obstante, fuentes próximas a la familia Gabarri declararon que no tienen previsto abandonar el poblado y que no han sido desterrados, contradiciendo las manifestaciones de sus parientes. Entre tanto, los residentes en San Paio, además de esperar el destierro, también mantienen la expectativa sobre lo que decida la Justicia en relación a los agresores. 

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