Gonzalo Caballero: "Es el momento del diálogo y el acuerdo, nos jugamos mucho"

En una etapa clave para asentar las bases de la recuperación económica mientras el mundo trata de sacudirse los efectos de la pandemia del covid, Gonzalo Caballero Míguez (Ponteareas, 9 de enero de 1975) apela al diálogo como base para cualquier avance, con la esperanza de que la próxima reunión con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, pueda servir para alcanzar grandes acuerdos. Motivado con el futuro al frente del PSdeG, asiste con preocupación al escenario político en Ourense. Menudo terremoto político hay en España. Hay que enmarcarlo en la normalidad de los procesos democráticos aunque es cierto que ante la dificultad de que vivimos momentos complejos la agenda debe estar centrada en atender la crisis. En España hay un gobierno de progreso que la está gestionando para la mayoría, con una forma de hacer política distinta a la de anterior crisis, en la que la derecha aplicaba políticas de austeridad, ajuste, recortes. En esta hay un nuevo paradigma económico, con políticas expansivas, anticíclicas, de corte keynesiano, que permiten que se drenen muchos fondos hacia los ciudadanos. Que exista este Gobierno en España es bueno y estoy muy contento también con que una gallega como Nadia Calviño haya ascendido a vicepresidenta segunda. ¿Está igual de satisfecho con que otra gallega como Yolanda Díaz también ascendiese? Yo estoy satisfecho con que sea también vicepresidenta, pero mucho más con el papel de Nadia. En unos días los líderes gallegos van a reunirse. El diálogo es muy importante, compartir ideas, propuestas, generar el clima social adecuado para afrontar la crisis. Deben ser propuestas realistas, no populistas y demagógicas para salir de la crisis porque nos jugamos mucho. Hay que poner en el centro a los ciudadanos, construir un escudo protector como ha hecho el Gobierno de España. De no ser así, la situación sería mucho más dramática. Es cierto que es una especie de dopaje, a ver cómo vamos levantando las medidas. Es el momento del diálogo y del acuerdo para salvar la mayor crisis que hemos vivido. ¿Ve predisposición en Feijóo? Creo que si vemos lo que ocurre en España, vemos una oposición de PP y Vox que es desleal y no está a la altura. En Galicia es una oposición distinta, contundente en la lucha por servicios públicos pero respetuosa con las normas que se han adoptado para combatir la pandemia. Hemos tenido propuestas, tendido la mano. Es bueno que haya cogobernanza. Se han visto afectados 12.000 negocios generadores de empleo que han dejado de serlo, hay 8.000 locales vacíos más por cierres, eso es lo que me preocupa y se lo llevaré con lealtad al presidente de la Xunta. ¿Saldremos rápido de la crisis? Hay que ver cómo evoluciona la pandemia y a partir de ahí reconstruir. Es cierto que la estrategia del presidente de la Xunta para salvar la Navidad fue un fracaso. No era necesario un confinamiento absoluto como planteó el BNG, con medidas restrictivas se pudo controlar la curva y frenar la situación crítica. Es necesario tomar medidas ponderadas, es lo que hacemos los socialistas. Hace falta una industria fuerte y los problemas siguen ahí. En Galicia hay un problema industrial porque hemos perdido miles de empleos en los últimos 12 años. Le he planteado al presidente de la Xunta que elabore una política industrial de la que ha carecido Galicia. Y también una política del medio rural para defender a los que viven en pequeños concellos, con el reto de modernización gracias a la digitalización y la transición ecológica, con fórmulas que prioricen la creación de empleo. Hay un problema, pero están ahí los proyectos europeos, deben ser un mecanismo catalizador. ¿Cómo deben ser esos planteamientos con el dinero de la UE? Son una ocasión para modernizar la economía gallega, impulsar el empleo. No nos podemos permitir desaprovechar esa oportunidad y la Xunta debería buscar acuerdos tras una política errática. Siento que hasta ahora jugase a una política cortoplacista buscando el titular sin tener un planteamiento de futuro. No puede ocurrir que los desaprovechemos y la economía quede rezagada. ¿Se malgastaron en el pasado? No les hemos sacado todo el provecho posible. Y no nos podemos permitir perder esta otra oportunidad, hay que acertar. Aquí, en Ourense, hay un problema demográfico, los fondos deberían ser un mecanismo catalizador para impulsarla. Una de sus finalidades es la cohesión. ¿Recuperaremos eso que se llama vieja normalidad? Avanzamos hacia un mundo distinto, pero a la vez podremos recuperar muchos hábitos que ahora no podemos ejercitar y para ello es fundamental el proceso de vacunación. Feijóo decía que el Gobierno engañaba cuando decía que desde enero se iba a vacunar y ya hay 200.000 puestas. Tenemos que seguir fortaleciendo la sanidad para que todas las vacunas se usen lo antes posible y no queden en las neveras. Y también de forma transparente. ¿No hay transparencia? Hubo casos concretos que ejemplifican errores gravísimos: la alcaldesa de Boimorto, 200 vacunas irregulares en Pontevedra y la vacunación de la consejera delegada del imperio de geriátricos DomusVi, una bofetada en la ética y conciencia colectiva. Una empresaria próxima al PP, a Feijóo. No deberían tener connivencia. Se presentaba esta semana el plan del reto demográfico. ¿No cree que hay que pasar de las palabras a los hechos, porque a veces parece un mero eslogan? Los problemas demográficos son amplios y complejos. Es cierto que ha existido un déficit a la hora de dar solución, pero hay un factor clave, el empleo, dar oportunidades. La diferencia es que ahora se han asignado 11.000 millones de euros. Habla de empleo, pero vemos cómo se va Iberdrola, por ejemplo. Es clave que las empresas entiendan que más allá de donde entiendan que deban situar oficinas, tienen responsabilidad social corporativa. En el caso de Valdeorras, sería positivo que se rectificase esa decisión, porque Valdeorras existe. Piden también infraestructuras. Hemos visto que Fomento ha activado las obras de circunvalación de O Barco. Claro que la agenda de infraestructuras es muy importante y el Gobierno tiene que hacerlo. Yo pido eso. Tendremos el AVE, un avance histórico, el tren Ourense-Lugo, estoy muy pegado a los intereses de Galicia y a defender ante el Gobierno de España todo lo que interese. Me dedico a la política para conseguir que seamos ciudadanos de primera. A usted le reprochan ser más fiel al partido que a Galicia. Son estereotipos que se plantean por el PP y no responden a la realidad. Yo tengo un componente de libertad porque estoy en política por vocación. Cuando tengo que defender lo que hace el Gobierno de España lo defiendo y cuando tengo que pedir que haga las cosas mejor, también lo hago. Que nadie tenga la más mínima duda. Yo no vi al señor Feijóo defender las obras del AVE cuando Ana Pastor las paralizó, que rebajasen los peajes de la AP-9. Yo no soy una marioneta de nadie, he hecho un máster de resistencia y seguiré ejercitándolo, no me tiembla el pulso. ¿Tendrá la oportunidad a largo plazo? Toca renovación orgánica. Celebraremos congreso a finales de año o a principios del siguiente. Estamos en el día a día, haciendo un buen trabajo en el PSdeG. Desde que soy secretario hemos mejorado los resultados en todas las convocatorias. Hay cosas que no han salido como las gallegas, pero de las derrotas se aprende para las victorias. Pedro Sánchez obtuvo los resultados más bajos y los militantes le arropamos para una nueva oportunidad y hoy tenemos un presidente y un gobierno progresista. Tengo vocación, persistencia, ideas, proyecto, esperanza e ilusión para mejorar las cosas. No podemos estar cambiando de entrenador de forma continua si queremos acertar y ganar credibilidad ante la ciudadanía. ¿Cómo son las relaciones con el BNG? Mi relación con la portavoz del BNG es buena, aunque sí tenemos discrepancias en ciertos aspectos. A partir de ahí, es una fuerza progresista y que es útil cuando sabe entender su papel al lado del PSOE. Cuando prefiere mantener una estrategia con Bildu, se equivoca y no lo comparto. Doble reto, superar al BNG y acabar con la mayoría de Feijóo. Hay que ir paso a paso. El horizonte electoral que yo tengo son las Municipales y Generales en 2023. “Muchos no van a perdonar al PP el castigo de Jácome" Aquí en Ourense hubo movimientos para cambiar de alcalde. ¿Murió la vía? He sido siempre muy claro, el PSOE fue primera fuerza, algo que no había sido en muchos años, y el candidato, Rafael Villarino, tenía la legitimidad para ser alcalde. Pero hubo un pacto contra natura y el PP tiene que explicar cada día por qué colocó a Jácome y lo mantiene. Feijóo y Baltar son los responsables. El PSOE ha sido claro, pero el PP nunca ha tenido en sus prioridades sacar a Jácome. Han jugado con Ourense, lo han convertido en un experimento y Ourense merece algo más. Conozco a muchos ciudadanos y están escandalizados con que Jácome sea alcalde y el PP se tape la nariz y mire para otro lado. El PSOE exploró una moción de censura en la Diputación, con Cs. ¿Qué le pareció esa maniobra, muy compleja? No estuve en las negociaciones. Pero supongo que las conocía. Si hubiese alguna posibilidad de que Baltar y lo que representa su caciquismo dejase de ocupar la presidencia, el PSOE estaría a favor. ¿Alguien lo duda? ¿A alguien le puede parecer raro, incoherente? Tras décadas de una dinastía, es buena la alternancia. Si los compañeros de Ourense han explorado vías, es algo legítimo y que respeto. Y que el PP vete a Villarino. ¿Se barajó que dejase paso a otro? Yo no comento intoxicaciones ni especulaciones. El PP quiere a Jácome en la Alcaldía, no caeré en la trampa de preguntas que no son reales. Es una forma de entender la provincia que se basa en mantener la Diputacón sin que importe el caos y parálisis de la ciudad. El PP haría bien en rectificar, porque esto le puede suponer terribles efectos electorales. Hay muchos ourensanos que no le van a perdonar al PP que los hayan castigado con Jácome cuatro años. ¿Cree que entonces a largo plazo al PSOE le beneficia? Vamos a trabajar en ello, ya hemos sido primera fuerza. Yo vengo mucho a Ourense y me preocupa mucho porque es la provincia en la que no gobernamos y hago un apoyo especial porque es duro resistir contra un PP que es muy potente con su poder y sus estrategias, muy caciquiles y poco transparentes. Parece que ya se naturaliza un gobierno de tres concejales de 27. Es terrible, ¿verdad? ¿Cómo ven desde fuera que una ciudad tenga una situación así? Es cierto que te acabas acostumbrando a que Jácome aparezca con esperpentos y sea alcalde pero no es algo normal y positivo con la crisis que está cayendo. Ourense meredce algo muy distinto. En Vigo, donde vivo hay 21 ediles gobernando. Es la noche y el día, como también las diferencias entre dos tipos de políticas municipales. La mejor garantía para Ourense es una alcaldía socialista, la mejor manera de pasar página a Jácome. Y si antes Feijóo tiene un minuto para darse cuenta de las decisiones que toman, que rectifique y será mejor para todos. El PSOE ourensano es crítico con la intermodal. ¿Va a ir a Madrid a defender esto? El problema es que en la ciudad no hay un alcalde que proyecte algo alternativo. Si hubiese un alcalde con visión de ciudad y capacidad de interlocución, hablaría con el resto de administraciones para buscar mejoras. Yo lo hubiese hecho pero no soy presidente de la Xunta ni el PSOE tiene la Alcaldía, es otro ejemplo de que la ciudad carece de impulso.