Los bancos siguen tendiendo a bajar la persiana de sus sucursales. En el último lustro se cerraron 72 oficinas bancarias y solo se abrieron diez, según el Banco de España.
En esta cifra repercute el punto final de los 26 locales del Banco Pastor, fruto de la reestructuración que aplicaron el Banco Santander y el Banco Popular tras absorber la entidad gallega. Las fusiones también acabaron con la presencia del propio Popular (4 oficinas), Caixa Geral (6) y Bankia (2).
Tan solo Abanca escapa a esta regla. La entidad gallega conserva su representación en 62 de los 92 concellos ourensanos, el 67%. A esta cifra habría que sumarle los concellos incluidos en el acuerdo suscrito con la Xunta para acercar los servicios bancarios a la población del rural.
De este modo, otros 22 términos municipales cuentan con cajeros de Abanca, sumando un total de 84 municipios en los que la firma financiera tiene presencia comercial, el 91% del conjunto. Además de Abanca, son reseñables dos excepciones a la norma. Caja Rural de Zamora mantiene una oficina en A Gudiña, una situación idéntica a la de Caixa Rural Galega en Viana do Bolo.
