Sólo el Teatro Losada y el Xesteira permanecen activos, como comercio de ropa y restaurante asiático, respectivamente

Grandes dimensiones y altos precios mantienen los viejos cines cerrados

Quizás el Teatro Principal sea una de las pocas huellas que los principios del cine conservan en la ciudad. Estudios como el analizado en el libro 'Cines de Galicia', de José Luis Cabo Villaverde y Jesús Ángel Sánchez García, contabilizan desde principios del siglo XX hasta 19 establecimientos cinematográficos en el municipio, algunos tan singulares como el diseñado por Daniel Vázquez-Gulías en Paz Nóvoa, el Salón Apolo, inaugurado en 1916 y que desapareció en un incendio.
En realidad, poco queda ya del resto, a excepción del único que mantiene abiertas sus puertas en una ciudad que abandera un Festival de Cine: los Cinebox, en el centro comercial Ponte Vella. Sin remontarse a los primeros años del séptimo arte, buena parte de los ourensanos recuerda todavía una ciudad con más de media docena de cines que fueron cerrando paulatinamente ante su falta de viabilidad a la hora de competir frente a las grandes franquicias multicines. El que resistió más tiempo, el Dúplex, cerró sus puertas definitivamente en octubre de 2007. Antes lo habían hecho otras salas, como el Novocine, el Pequeno Cine, el Xesteira, el Losada, el Mary o el Avenida, por citar los más recientes.

Desde entonces, la mayoría de aquellas salas en las que muchos ourensanos descubrieron el gusto por el cine permanece cerrada, con carteles de 'se vende' o 'se alquila' pegados en los lugares en que un día ocuparon los de las películas que proyectaban. 'Son locales emblemáticos y muy bien situados pero tienen también mucha superficie, lo que limita un poco', afirma Saúl Mayo, director de Inmobiliarias Ourense. Según explica, hay 'demanda y gente que pregunta por los locales, pero que pueda acceder a ellos, ya hay menos'. Eso sí, ninguno de los que se ha interesado por los bajos tenía como intención 'reabrirlos como cines, porque la situación del cine es la que es'. Dada la situación económica, explica, 'pocas empresas montan negocios y menos de estas dimensiones (en referencia a los locales)'.


CERRADOS

Teniendo en cuenta esta cuestión, es fácil explicar que prácticamente todos los antiguos cines permanezcan cerrados, a pesar de que algunos, como el Avenida, cerraron hace ya más de 20 años. A lo largo de estas dos décadas, ha trascendido el interés de algunas superficies comerciales, del ámbito de la alimentación, por instalarse en ese bajo, sin que hasta el momento se haya materializado ninguna. Precisamente, una gran cadena comercial, Zara, es la que ha rehabilitado y adaptado a sus necesidades otro de los espacios emblemáticos del cine ourensana, el Losada, mientras que el Xesteira ha pasado ya por sede de un café teatro a convertirse en restaurante asiático, tal y como sucede en la actualidad.

Pero si decadente ha sido la trayectoria de las salas de cine de la ciudad, algo parecido puede decirse de lo sucedido en el resto de la provincia. El mencionado 'Cines de Galicia' recupera la memoria de más de medio centenar de recintos cinematográficos en la provincia desde principios del siglo pasado. Amoeiro, Allariz, Maceda, Xunqueira de Ambía, Carballeda de Avia, Maside, Cortegada, Leiro y las distintas cabeceras de comarca han tenido sus propias salas, de las que hoy apenas quedan los nombres sobre los edificios -en Leiro, se mantiene abierto un cine-. Por el otro lado, los cineclub y otros colectivos mantienen vivo el espíritu cinematográfico en varios concellos de la provincia, como puede ser el caso de Verín.

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