Cerca de 40 alumnos de la Facultad de Historia del Campus de Ourense han colaborado en la rehabilitación y musealización de las ruinas arqueológicas de Mirambel, que recientemente abrieron sus puertas en la villa romana de Toralla, en Vigo.
Tras seis intensos años de trabajos de recuperación, investigación y musealización, en el que colaboraron cerca de 40 alumnos de la Facultad de Historia del Campus de Ourense, las ruinas arqueológicas de Mirambell, ubicadas en la villa de Toralla, cerca de la playa de O Vao, en Vigo, abrieron sus puertas la semana pasada para el público.
La recuperación de este yacimiento arqueológico se debe a un convenio de colaboración, firmado en el 2002, por el Concello de Vigo y por la Universidad, cuyo presupuesto final ascendió a 440.000 euros.
El profesor ourensano Fermín Pérez Losada, integrante del área de Arqueología del departamento de Historia, Arte y Geografía de Ourense fue el encargado de dirigir el proyecto de conservación y restauración de las ruinas de la finca de Mirambell, que data de los años 300 a 400 d.C.
Asimismo, en la iniciativa participaron cerca de 40 alumnos ourensanos del tercer grado de la Facultad de Historia, divididos en cuatro campañas, que se desarrollaron desde el año 2002 hasta el 2007.
El profesor ourensano explica que con este tipo de actuaciones por parte del equipo de estudiantes de la Facultad de Historia, se demuestra que las titulaciones de letras y humanidades tienen un futuro prometedor y una destacada proyección social.
Los estudiantes del Campus se encargaron de la coordinación de los trabajos de investigación arqueológica y científica del yacimiento y su entorno, así como de la conservación y restauración de las ruinas y la ela boración de un proyecto museológico integral, en el que la apuesta más fuerte fue la reconstrucción y recreación de las termas que los antiguos romanos, propietarios de esta villa tenían a su disposición cerca de la playa de O Vao, en Vigo.
De esta forma, los interesados en el patrimonio cultural, histórico y artístico de las termas romanas de Mirambell, en la zona arqueológica de Toralla, podrán comprobar la importancia que los antiguos pobladores de la zona daban al termalismo, pues los dueños de esta villa romana contaban con una serie de termas privadas de agua caliente y fría, sin olvidar una sala de horno, una cocina artesanal, un hall, una habitación principal y un almacén.
Dichos espacios pueden ser visitados desde el pasado 10 de agosto.
La recuperación de este yacimiento arqueológico se debe a un convenio de colaboración, firmado en el 2002, por el Concello de Vigo y por la Universidad, cuyo presupuesto final ascendió a 440.000 euros.
El profesor ourensano Fermín Pérez Losada, integrante del área de Arqueología del departamento de Historia, Arte y Geografía de Ourense fue el encargado de dirigir el proyecto de conservación y restauración de las ruinas de la finca de Mirambell, que data de los años 300 a 400 d.C.
Asimismo, en la iniciativa participaron cerca de 40 alumnos ourensanos del tercer grado de la Facultad de Historia, divididos en cuatro campañas, que se desarrollaron desde el año 2002 hasta el 2007.
El profesor ourensano explica que con este tipo de actuaciones por parte del equipo de estudiantes de la Facultad de Historia, se demuestra que las titulaciones de letras y humanidades tienen un futuro prometedor y una destacada proyección social.
Los estudiantes del Campus se encargaron de la coordinación de los trabajos de investigación arqueológica y científica del yacimiento y su entorno, así como de la conservación y restauración de las ruinas y la ela boración de un proyecto museológico integral, en el que la apuesta más fuerte fue la reconstrucción y recreación de las termas que los antiguos romanos, propietarios de esta villa tenían a su disposición cerca de la playa de O Vao, en Vigo.
De esta forma, los interesados en el patrimonio cultural, histórico y artístico de las termas romanas de Mirambell, en la zona arqueológica de Toralla, podrán comprobar la importancia que los antiguos pobladores de la zona daban al termalismo, pues los dueños de esta villa romana contaban con una serie de termas privadas de agua caliente y fría, sin olvidar una sala de horno, una cocina artesanal, un hall, una habitación principal y un almacén.
Dichos espacios pueden ser visitados desde el pasado 10 de agosto.
