La ourensana Belén Vaz cursó Arquitectura y se formó en el postgrado de Accesibilidad y Diseño para Todos de la UIC Barcelona. Trabajó para una asociación durante año y medio –en la que realizó proyectos como Di Coruña Accesible– y actualmente dirige su propia empresa en la que realiza proyectos accesibles, a la par que sigue realizando investigaciones sobre el tema.
¿Qué implica el término accesibilidad?
Además de física, cognitiva y sensorial, que se desconoce muchísimo. Implica pensar en personas ciegas o con algún tipo de pérdida de visión, personas con trastornos de comportamiento...
¿Qué falta en Ourense?
Ourense no es una ciudad accesible, hay muchas carencias. En el sentido norte-sur de la ciudad, es más fácil, es más horizontal, se trata de ampliar anchos de acera, humanizar las calles, cuidar que el mobiliario urbano no entorpezca... En el este-oeste es más difícil por la propia orografía, se necesitan soluciones más complejas.
¿Y el transporte? El PMUS estipula que los autobuses deben ser accesibles.
Sí, pero ojo, la accesibilidad en los autobuses no es solo poner una plaza para la persona con silla de ruedas. Implica que las paradas también sean accesibles, y que sea posible llegar a ellas para una persona ciega, por ejemplo. En eso, la empresa barcelona TMB, que gestiona el transporte, es un buen ejemplo, ha cuidado el entorno también.
¿Qué hay en cuanto a edificios?
La entrada, en muchos casos, tanto obra pública como civil, es necesaria adaptarla.Dentro de los edificios, no se trata solo de la señalización, hay materiales, colores, la propia distribución del espacio. Cuando trabajo con ayuntamientos siempre les digo, que pasa con un extranjero que no hable el idioma, ¿puede orientarse dentro de este edificio?
