ENTREVISTA

“Hemos descubierto una química distinta a la que se imparte en colegios"

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photo_camera Arturo López-Quintela, ayer en el Pazo de San Roque.

Arturo López-Quintela, investigador ourensano y catedrático de Química Física en la Universidad de Santiago, es nuevo académico numerario de la Real Academia Galega de Ciencias

El investigador ourensano Arturo López- Quintela, catedrático de Química Física en la Universidad de Santiago y experto en nanotecnología, ingresó ayer en la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC) como académico numerario, pasando a formar parte de la Sección de Química y Geología de la corporación científica presidida por Miguel Ángel Ríos. "Para mí es un honor y privilegio entrar a formar parte de la Academia. Además, un reconocimiento importante a la labor desarrollada en los últimos años en un campo que nos ha ilusionado", apuntó Quintela. 

¿Cuál será su papel a partir de ahora en la Academia?
Contribuir a la nanotecnología, un campo realmente revolucionario prácticamente en todos los ámbitos. Es un área que en los próximos años veremos que está en todo lo que tocamos. 

¿En qué centró su discurso de ingreso?
Se tituló "Clústeres cuánticos de átomos: o último reducto da química por descubrir nos límites da nanotecnoloxía?". La nanotecnología es la continuación de la micro, que revolucionó en los años 70 y 80 todo lo relacionado con los ordenadores y la electrónica. Ahora entramos en el campo siguiente, de lo nano; es decir, mucho más pequeño. La pregunta que me planteé es qué pasa si seguimos reduciendo el tamaño hasta llegar al átomo. Efectivamente, hay un mundo en el que aparecen nuevos comportamientos químicos. Una química distinta a la que se estudia en los colegios y en la facultad. Esto se traduce en que aparecen nuevas propiedades, que abren un abanico de aplicaciones.

¿Cuáles son estas aplicaciones?
Una de ellas es la catálisis por oxígeno. Hasta ahora no se había descubierto ningún catalizador que fuese capaz de hacer que el oxígeno actúe oxidando a temperatura ambiente. Estos clústeres cuánticos de átomos, que son la agrupación de unos cuantos átomos, también abren nuevas posibilidades en la fotocatálisis; es decir, en la conversión de la energía solar en química. Podemos citar aplicaciones biomédicas al generar nuevas familias de antibióticos. Esto es muy importante ya que se está encontrando resistencia a los tradicionales.

En 2006 creó Nanogap. ¿Cómo surge el proyecto?
Fue una "spin-off" que salió del Grupo de Magnetismo y Nanotecnología (NANOMAG), que dirijo junto con el catedrático José Rivas. En aquel momento, mi hija Tatiana había acabado la carrera y quería montar una empresa y aquí tenía una posibilidad. En la actualidad, ella es la CEO y contamos con una plantilla de 15 personas, con filial en Estados Unidos. Nuestra intención es entrar también en el mercado asiático. 

¿En qué se centra su actividad?
Hacemos nanofibras de plata, en cantidades industriales, que tienen aplicaciones importantes en las pantallas táctiles. Cuando uno aprieta la pantalla del móvil o se case al suelo, ésta se rompe. Por eso, hay un gran interés en sustituir esta cerámica por un material que sea más estable. Además, las nanofibras introducidas en un polímero pueden hacer que las pantallas sean también más flexibles. 

¿Cuenta la actividad científica con el suficiente apoyo económico?
En los últimos años hemos sufrido la crisis como todo el mundo. La investigación sufre mucho porque si no hay recursos, se para. Lo que más echo en falta son programas de apoyo decidido para ofrecer buenos puestos a investigadores Post-Doc, que son los que van a seguir. Nosotros dentro de poco marcharemos y hay que dejar una nueva juventud que siga adelante en lo que se ha iniciado. 

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