El hermano de Tarzanín robó una farmacia para ir a prisión

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Dijo a la Policía que atravesaba una mala situación familiar y realizó el atraco porque quería ir a la cárcel

Ángel Fernández Jiménez (49 años), el hijo mayor  de Julia Jiménez Jiménez, de 66 años, que se suicidó tras matar a su otro descendiente que estaba tetrapléjico,   perpetró un robo con intimidación en una farmacia no muy alejada de su domicilio, situada en el número 75 de la avenida de Marcelo Macías, para ingresar en la cárcel. En el momento de ser detenido, según dio a conocer la Comisaría de Ourense, declaró que cometió el delito "porque quería ir a la cárcel, que estaba  atravesando una situación familiar muy mala porque le había muerto un familiar  y esta era la única manera que tenía para ir a Pereiro".  Ángel Jiménez salió en libertad el pasado mes de octubre tras cumplir condena por diversos delitos. En su historial delictivo figuran 44 detenciones.   

Este último  robo lo ejecutó cuatro días después del fallecimiento de su madre y hermano, tras solicitar al Concello de la ciudad que corriera con el gasto del entierro. A las 19,20 horas del pasado día 17  entró a cara descubierta y armado con un cuchillo en la citada farmacia y, tras amenazar a la trabajadora, exigió la recaudación que había en la caja registradora. Se apoderó de 200 euros. "Nos llevamos un buen susto, pasamos miedo", explicaron en el negocio. 


En 20 minutos


La farmacéutica alertó del atraco a la Policía Nacional que, tras recabar información sobre los rasgos físicos del atracador en el local, estableció un dispositivo de búsqueda, deteniendo a Ángel Fernández,  cuando aún no habían pasado 20 minutos. Lo localizaron  mientras se dirigía  posiblemente a comprar  drogas (es toxicómano). Ángel Jiménez intentó darse a la fuga  subiendo por las escaleras de un edificio, en las que fue esposado.

En la farmacia, pese al susto y miedo pasado, lamentaban ayer la tragedia vivida en su familia. "Es una pena, una desgracia lo que pasó", recalcaban. 

El ya recluso de la cárcel de Pereiro vivía con su madre en el número 113 de la avenida de Portugal, no muy lejos de la farmacia. 


“Esta muy mal y precisa ayuda psicológica"


Ángel Fernández residía con su madre desde que salió de prisión en el número 113 de la avenida de Portugal, en un inmueble en el que residen cuatro familias procedentes de Marruecos. Estas lo estaban buscando desde el pasado viernes después de que llamaran a la puerta de su casa (pretendía darle comida) y no respondiera. Su detención e ingreso en prisión por el robo en la farmacia no las sorprendió. "Sabíamos que iba hacer algo así y regresar de nuevo a la cárcel, pero nos pudo pedir ayuda", afirmó uno de los vecinos.  A escasa distancia de la casa  está el kebab Lamizan. Su gerente, Rami Merie, que solía ayudar económicamente a Julia Jiménez, lamenta la tragedia vivida y la situación en que se encuentra Ángel. "Esta  mal. Una persona así precisa ayuda psicológica. De no ser así acabará  muy mal", lamenta.

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