Las hogueras para magostos llenaron los montes y locales vecinales

Como cada 11 de noviembre, las hogueras invadieron la ciudad y su entorno. Montealegre, los alrededores del Seminario, Velle, Cachamuíña y cualquier punto de la geografía ourensana echaban humo en una señal inequívoca de que el magosto es una tradición muy arraigada en la ciudad. Grupos de jóvenes, de mayores, familias y hasta vecindarios enteros se unieron a una celebración en la que, como viene siendo habitual, no faltaron el vino nuevo, el chorizo ni las castañas que, en muchos casos, estuvieron acompañados de cocido o churrasco.
La Concejalía de Comercio había tramitado hasta el miércoles 17 permisos para realizar hogueras en el casco urbano, autorizaciones limitadas a asociaciones vecinales y colectivos culturales. Una de estas agrupaciones, la Coral de Ruada, se unió en torno a la mesa en el magosto que celebró en Aixiña, después de cantar en la misa de la Catedral. También asociaciones de vecinos, como la de Santa Lucía de Rairo o la de Velle, organizaron magostos en los que no faltaron la música y el buen ambiente entre los comensales.

Al margen de colectivos, Montealegre siguió siendo escenario favorito para las pandillas de jóvenes, que compartieron espacio con celebraciones más familiares.


EXPOSICIÓN

Al margen de la gastronomía, el San Martiño congregó en el Liceo a los asistentes a la inauguración oficial de la exposición que lleva el mismo nombre, organizada por la Sociedad Filatélica, Numismática y Vitofílica Miño de Ourense. Se trata de una muestra dedicada al coleccionismo que cada año elige como tema central una parroquia de la provincia dedicada al santo, que en esta edición recayó en San Martiño de Sabadelle (Pereiro).

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