Los negocios de la Praza Maior acatan con reticencias la obligación de retirar las terrazas a las 20,00 horas
Vencido el ecuador de las Fiestas, hosteleros y comerciantes hacen balance de los cinco primeros días de actividad. En líneas generales, aplauden la organización -con alguna salvedad- y cierran "sobre lo esperado" un arranque de semana que deja buen sabor de boca para los últimos cuatro días, que consideran "el plato fuerte de las Fiestas".
Patricia Ordóñez estableció su puesto de artesanía en la alameda de Bispo Cesáreo. "Os primeiros días foron frouxiños, porque os fortes son a partir de mañá -por hoy-", comenta la dueña de Patridifusa. Con todo, destaca que "hai moita animación na praza" gracias a las actividades infantiles a y a los conciertos organizados.
En este extremo coincide Jennifer Prado, empleada de Los tacos del Rey, que asegura atender más clientela durante las actuaciones musicales porque "al estar aquí, van picando". "La semana estuvo buena, y creo que el fin de semana va a estar todavía mejor", anticipa.
En la Praza Maior, epicentro de las Fiestas, viven las dos caras de la moneda. Reciben mayor número de clientes pero, por motivos de seguridad, están sometidos a una serie de restricciones que limita su negocio. "Temos que recoller a terraza ás oito da tarde, cando os concertos son ás dez e media, e isto aféctanos porque coa calor a xente non sae antes da casa. Esa hora e media a praza queda baleira", explica Nacho Rodríguez, propietario del Trampitán. Si bien, admite que la recaudación va "sobre o esperado, como o ano pasado". "Está compensado: os días fortes, como o do concerto de Iván Ferreiro -el pasado sábado- tiran dos frouxos. En liñas xerais, estamos contentos", resume.
Asimismo, Carmen Seguín, encargada de la ioguladería Praza Maior, reconoce que "contábamos ter menos xente por ter que quitar a terraza, pero estase levando moi ben".
