Los hosteleros piden colaboración y multas para los locales infractores

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Demandan civismo para evitar escenas como las del lunes: varios negocios cerraron antes de tiempo para atajar problemas
Las lagunas del BOE derivan en cierres arbitrarios de terrazas y los empresarios urgen más nitidez en la aplicación de las normas

La reapertura de las terrazas de los negocios hosteleros todavía levanta polémica, a pocas horas del inicio del primer fin de semana dentro de la fase 1. El sector defiende su adaptación a la normativa del Boletín Oficial del Estado (BOE), mientras las fuerzas de seguridad intensifican la vigilancia de los establecimientos, tanto por posibles altercados con la clientela como por incumplimiento de la normativa actual. Las autoridades sanitarias recuerdan la importancia de respetar las condiciones de seguridad – sobre todo, la distancia interpersonal–, y ponen énfasis en el peligro de retroceder en el avance de la lucha contra el coronavirus.

Desde el sector hostelero remarcan que "non todos somos iguais", piden sanciones para los infractores y reclaman la colaboración de la ciudadanía con las nuevas medidas –no utilizar las mesas antes de desinfectarlas, no entrar en los locales sin avisar–. "Eu o que non quero é ter que ser policía dos meus clientes, non é agradable ter que lle recordar as cousas que poden e non poden facer. Pídolles responsabilidade a eles tamén", reconoce un hostelero del Casco Vello que el lunes se vió obligado a cerrar antes de tiempo. "Había un grupo grande de xente, chegou outro e puxéronse xuntos, máis de 10 persoas no mesmo espazo, e decidín pechar. Así non se pode, sen colaboración", añade. 

injusticias derivadas del boe Los hosteleros también reclaman más "claridad" en la aplicación de las leyes: el decreto del BOE considera "terraza" todo espacio al aire libre o que esté cubierto con un máximo de dos muros, paredes o paramentos. En la ciudad, el pasado lunes la Policía Local ordenó el desalojo inmediato de una cafetería por no cumplir con este punto de la normativa, pero lo cierto es que todavía permanecen abiertos al público veladores que se encuentran dentro de galerías comerciales, así como rodeados de más de dos muros. 

La Jefatura planea incrementar la vigilancia de las terrazas de los locales durante el fin de semana, sobre todo, en horario nocturno. Los establecimientos no podrán permanecer con los veladores abiertos más allá de las 00,00 horas, aunque su licencia de terraza les permita  mantenerse hasta más tarde. 


Convivencia pacífica


Las terrazas no deben, en ningún caso, impedir los desplazamientos de los peatones en las aceras. El BOE señala, incluso, que la ampliación del espacio de los veladores de los negocios de restauración debe ir acompañada del incremento proporcional del espacio para los transeúntes.

El pasado lunes, representantes de O Cimborrio, Agrupación Miño, Federación Limiar y Asociación Casco Vello se reunieron con el gobierno local para tratar la necesidad de mantener el espacio público para los vecinos de la ciudad. "Pedimos que ese espacio que está en las aceras se reserven a los peatones, y donde no haya espacio para terrazas, que se baje a los aparcamientos. No se está respetando, los que tienen que vigilar que se cumpla la ley no lo están haciendo. Sigue habiendo mesas y sillas que impiden caminar a los vecinos y que dificultan incluso el acceso a las propias viviendas", apuntan desde O Cimborrio. "Nosotros no estamos en contra de la hostelería, somos consumidores, pero hacemos un llamamiento al sentido común, es una cuestión sanitaria y nos afecta a todos, incluídos a los propios camareros que son los más expuestos en toda esta situación y que se pueden contagiar con facilitad si no se cumplen las medidas", añaden. 

En el Casco Vello, la convivencia entre peatones y terrazas bajo los parámetros de la nueva normalidad se complica más, debido al poco espacio de las calles. Por el momento, todavía son muchos los locales de la zona que no han levantado la persiana y que esperarán al inicio de la fase 2 para hacerlo.


Hostelería responsable


Los hosteleros que ya han abierto se adaptaron en cuestión de días a la normativa del BOE, que tardó en publicarse más de lo esperado. Se hicieron con dispensadores de gel, productos específicos de limpieza y desinfección, equipos de protección individual, monodosis de aceite, vinagre, sal... "Non é sinxelo adaptarse, pero é o que tes que facer, queremos ofrecer un servizo de calidade e seguro", explican Araceli Méndez y Antonio Pérez, dueños del Café Gijón Barbaña, que adecuó el espacio de su terraza a la situación. Las mesas están agrupadas según el número de personas que puede sentarse: "Cando chega un cliente preguntámoslle cantos son e, segundo iso, dispoñémolos en mesas de dúas persoas, catro, seis, oito ou dez". Entre cada agrupación se aseguran de mantener la distancia apropiada, por lo que los clientes no pueden mover libremente ni las mesas ni las sillas. Para evitar la manipulación de las cartas, han colocado dos paneles informativos de gran tamaño con los platos disponibles, además de un sistema de QR que permite consultar los menús a través del teléfono móvil. "Puxemos un grifo de cerveza fóra para evitar que coincidan os camareiros na barra exterior na medida do posible", comentan. La barra impide el acceso al interior de cualquier cliente, ya que el baño se encuentra en un lateral del establecimiento. 

Por otra parte, los hosteleros que todavía no abren se mantienen firmes y aseguran que no levantarán la persiana hasta que sea "con todas as garantías": "Non é só que a xente non respete as medidas ou que haxa donos de locais que non o fagan, é que se se detecta un caso de coronavirus cáeseche o pelo".


Reabre hoy tras cerrar el lunes: “me sentí desbordado"


El bar "La Pampa" del Barco de Valdeorras abrirá hoy su terraza. Ya lo hizo el lunes, pero tuvo que recogerla. La acción de algunos irresponsables llevó a su propietario, Alejandro Prieto, a decidir retirar mesas y sillas para no volverlas a colocar en tanto no pudiese garantizar totalmente la protección de clientes y peatones, unos requisitos que sí podrá cumplirá hoy. "Tenía muchas ganas de abrir pero me sentí desbordado", explicó el propietario de este establecimiento, ubicado en la Praza de José Otero, en pleno centro de la villa de O Barco. Con los dos camareros incluidos en el ERTE que había solicitado para sobrellevar los casi dos meses que el establecimiento estuvo cerrado, tuvo serios problemas para hacer cumplir él solo las normas dictadas para la hostelería durante el estado de alarma. Explicó que "la gente de la terraza se comportó bien" yañadió que fueron otras personas las que provocaron los problemas. Algunas por querer acceder al interior del bar para hacer uso del baño o sacar tabaco de la máquina expendedora y otras porque no tuvieron reparo en agarrar una de las mesas apiladas para no sobrepasar el 50 % de las autorizadas a la terraza, aforo que solo le permite colocar cinco. "Ante las ansias de la gente, decidí esperar unos días más para poder hacer bien las cosas", explica Alejandro Prieto.


Para abrir hoy, este hostelero recuperó del ERTE a uno de sus empleados. Aconseja a los clientes el uso de mascarillas en la terraza, a su vez, el bar aportará hidroalcohol y líquido desinfectante para las mesas.

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