Hosteleros de San Antonio se desvinculan del botellón

Ambiente ayer en la plaza de San Antonio tras el cierre de los bares a las seis de la tarde. José Paz
photo_camera Ambiente ayer en la plaza de San Antonio tras el cierre de los bares a las seis de la tarde. José Paz
El sábado la policía dispersó a más de 200 jóvenes que se habían reunido en la zona para beber

La plaza de San Antonio fue el punto de encuentro para más de 200 ourensanos el pasado fin de semana, según fuentes policiales. Multitudinarios grupos de jóvenes se desplazaron, bolsa con alcohol en mano, a los soportales de los edificios para participar en un macrobotellón a plena luz del día.  Por otra parte, clientes habituales y vecinos de la plaza, también se reunían en las terrazas de sus bares  de siempre para estrenar el regreso de la hostelería. 

Desde entonces, la labor de la policía ha consistido en llevar a cabo una campaña informativa en los bares de la ciudad para dejar clara la nueva normativa, sin embargo, el sábado, pese a que  los agentes se mantuvieron sobre todo observantes se vieron obligados a intervenir.

A última hora de la tarde la Policía Nacional, la Policía Local y una patrulla de la Autonómica acudían a San Antonio y, a golpe de megáfono,  trataron de deshacer la aglomeración  de bebedores y otros usuarios. Además, la Subdelegación del Gobierno afirmaba el lunes que se había identificado a los integrantes y a los establecimientos que comercializan con bebidas pero, los hosteleros señalan que  "no identificaron a nadie y mucho menos a los bares", indicaba Víctor Sotelo del bar Fusión, uno de los tres locales de la plaza. Desde la Policía Nacional confirman que sus acciones en la plaza de San Antonio "no tuvieron ningún tipo de vinculación con ningún bar". 

Los hosteleros lamentan estar preocupados ante la posibilidad de que la plaza acabe "demonizada": "La gente vino a hacer botellón como si esto fuese la Alameda y nosotros somos los primeros perjudicados, no son nuestros clientes y no queremos que vengan aquí", señalan desde Fusión. 

"Lo que pasa en la parte superior de la plaza ni siquiera se ve desde aquí. Hacemos lo mismo que el resto, vendemos para llevar después de las seis", explica Guillermo Tomás desde Café Diario.

Por su parte, Moisés Limia, del bar Cabanillas, dice que "lo que pasó  el sábado no fue un botellón. Esto lleva pasando desde mayo, pero el comportamiento de la gente empieza por ellos", indica

Sus homólogos en San Antonio no están de acuerdo: "Los hosteleros de esta plaza no queremos este botellón, nosotros vendemos para nuestros clientes, no nos pueden echar la culpa por estar abiertos", dice Sotelo. Desde Fusión, opinan que la opción más viable sería contar con la posibilidad de abrir hasta las 21,30 horas: "Así, esto no ocurriría y podríamos controlar a la gente".

Quejas vecinales

Desde el Café Diario, Guillermo Tomás afirma que "hay muchos vecinos que lo hacen complicado, hay gente a la que le molesta todo, hasta que haya niños jugando en los parques", explica indignado.

Por otra parte, Sotelo afirma apenado que: "Muchos de nuestros clientes, vecinos de la plaza, no han venido o se han ido por temor al botellón"..

Te puede interesar