Ucranianos y rusos viven el conflicto desde Ourense: “Hui cuando mataron a mis amigos”

Sofiya, Vitalii y Olga.
photo_camera Sofiya, Vitalii y Olga.

Un médico de O Barco que escapó de su Ucrania natal cuando le obligaron a ir al Ejército, una traductora ucraniana que lleva toda la vida con la maleta a cuestas y una conocida comerciante rusa de Vinos abordan el conflicto entre ambos países.

 

A Vitalii Paraschkenko  le mataron a sus amigos médicos. Hace cuatro años que este doctor ucraniano llegó a O Barco, con su mujer y sus dos hijos de seis y nueve años. ¿Cómo? “Prácticamente escapamos”, cuenta. Se buscó la vida cuando le obligaron a ir al Ejército ucraniano en la zona de conflicto, faltaban médicos en el este. Allí perdió a sus colegas. “Algunos desaparecieron y no se sabe dónde están”. Paraschkenko forma parte de la pequeña comunidad de ucranianos en Ourense (103) y su historia explica que las raíces del conflicto entre Rusia y Ucrania son mucho más profundas y lejanas. Esto también lo sabe su compatriota Sofiya Lykhohray, traductora en Ourense. Sus padres viven en Coles desde el 2008: ellos le enseñaron que “cualquier país es mejor para vivir que Ucrania”. No quieren saber nada de su tierra. 

Olga Kozenkova, conocida comerciante rusa del Casco Vello, da la visión de una comunidad aún más pequeña en la provincia: hay 55 rusos. Lleva media vida en Ourense. “En casa, con mi pareja que es español, hemos decidido no hablar porque hay polémica”.

“Estoy de los nervios”

Las últimas noticias del conflicto apuntan a un aumento de la tensión por la presencia de las tropas rusas en la frontera ucraniana. La posibilidad de guerra suena con fuerza. Rusia ve “sin optimismo” la respuesta de Estados Unidos a sus demandas de seguridad, en especial sobre su categórica oposición a la ampliación de la OTAN, una reacción de la que dependerá el posible conflicto bélico con Ucrania. 

“Estamos muy preocupados por lo que pueda pasar. Tenemos tíos y primos en Ucrania. Si soy sincera, estoy de los nervios. Tengo una amiga a la que le han dado indicaciones de vacunación y de compra de productos de primera necesidad. Sin embargo, en el lado más pegado a Polonia se lo toman con tranquilidad”, dice la traductora ucraniana Lykhohray.

Corea del Norte

El médico Paraschkenko tiene a su madre en Ucrania: “El conflicto es permanente, empezó en 2014. Esto es una herramienta de chantaje. Putin quiere hacer renacer la URSS y no quiere que Ucrania sea miembro de la OTAN. Hay preocupación, Rusia es un país descomunal y con los recursos casi más poderosos del mundo. Creo que pronto será como Corea del Norte, quieren tenerlo todo bajo control, es como si fuera una dictadura. Ucrania no es el único país en el que Rusia está con sus tropas”. 

Olga Kozenkova, que lleva cinco años vendiendo ropa y complementos en la tienda Matrioska, admite que tiene “una opinión muy rusa”. Para ella, “es exagerado y alarmista todo lo que está pasando. Son cosas de política, como si fueran juegos de ajedrez. Mi madre vive en San Petesburgo y está preocupada, tengo que explicarle todo bien para que esté tranquila. Esto no es más que propaganda por ambos lados: miedo que se mete en la gente”. Los tres coinciden en estar pendientes del teléfono.

SOFIYA LYKHOHRAY (UCRANIA): “Me da pena que mi país no lograse levantarse tras el comunismo”

Sofiya Lykhohray se acostumbró desde pequeña a que su vida cupiese en una maleta. Ucrania, Alemania, vuelta a Ucrania, Polonia, España… “Tenía tres años la primera vez que mis padres se fueron. A un ucraniano le da igual cualquier sitio, menos Ucrania. Estuvimos siete años en Alemania, pero no renovaban convenios. Fue un shock volver a mi país. Llegas a un lugar en el que de niña ya te das cuenta que la policía es corrupta, el colegio es corrupto… Mis padres intentaron reconstruir su vida, compraron una casa al lado del Mar Negro, la zona más ruso parlante, donde el ucraniano era tratado como el idioma de los de pueblo. Mis padres querían salir de ahí. Fuimos a Polonia, pero no había salida. Teníamos una tía en Madrid que nos animó”.

Llegó de adolescente, pero pronto huyó de la vida urbanita. “Había una casa en Galicia. Mi padre se enamoró, era como el verde de Ucrania. Al principio fue difícil. Agora teño mellizos, casei aquí e síntome máis galega que outra cousa. Me da pena que mi país no consiguiese levantarse tras el comunismo”.

VITALII PARASCHKENKO (UCRANIA):  “Tuve que escapar de Ucrania, estudié para ser médico, no guerrero”

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Vitalii Paraschkenko es médico de familia en Valdeorras desde hace cuatro años. Toda su familia es ucraniana: su mujer y sus dos hijos pequeños. “¿Cómo llegue? Pues casi que escapé. Yo estuve toda mi vida en Ucrania. Hice el MIR y trabajé tres años de autónomo. Como faltaban muchos médicos en la zona de conflicto, en el este, el Ejército me mandó allí como médico. Sinceramente, mataron a mis amigos y me duele mucho. Algunos desaparecieron. Si rechazas la obligación del Ejército son tres años de cárcel. Tengo dos niños, yo siempre estuve contra la violencia y contra la guerra. Estudié para un trabajo que se trata de ayudar a la gente, no para ser un guerrero. Como no tenía derecho a elegir, porque sino era la cárcel, me marché”.

Llegó a España gracias a la iglesia ortodoxa a la que pertenece. “Primero fuimos a Murcia y nos quedamos allí unos meses. Como soy del norte de Ucrania, Galicia me recordaba a mi país. En O Barco estoy fenomenal”. En Ucrania tiene a su madre, pero “cuando la llamo, no quiere dedicar tiempo a la política”.

OLGA KOZENKOVA (RUSIA): “Mi madre tiene miedo a la guerra, pero no creo que llegue ese extremo”

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Olga Kozenkova llegó a Ourense hace veinte años. La mitad de su vida ha transcurrido en el Casco Vello, donde regenta una tienda de complementos. Su pareja es español y su hija también. “En Rusia tengo a mi madre y a mis amigos, mi opinión es bastante rusa”. Kozenkova señala que “miro las noticias de los dos lados, aquí y en Rusia. Esto es propaganda, miedo que meten a la gente. Mi madre tiene miedo a la guerra, aunque vive en San Petersburgo, a 1.000 kilómetros de la frontera de Ucrania. Tengo que explicarle que esté tranquila, que es alarmista todo lo que está pasando”.

Explica que su familia le pregunta por qué los militares rusos están en la frontera. “Ucrania es un país inestable que ha sido muy utilizado. Si quisieran, pedirían ayuda a Rusia. Pero piden ayuda a Estados Unidos porque antiguamente era sinónimo de trabajo, oportunidades… Pero no es verdad. Lo que pasa es que Rusia está preparada para proteger la frontera. Aún así, la cosa no está limpia por ningún lado, pero no creo que lleguen al extremo de una guerra”.

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