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La identificación de un cerrajero no es prueba para condenar por robo

La Audiencia confirma la absolución de la exnovia de un hostelero

La Audiencia de Ourense, tal como en su día determinó la jueza titular del Penal 2, no considera prueba de cargo suficiente la identificación realizada por el cerrajero que señaló con el dedo a una acusada de robar dinero en el casa de su exnovio y de esta forma soslayar la presunción de inocencia de la denunciada. La sala, en una sentencia cuyo ponente fue el magistrado Antonio Piña, rechaza la apelación formulada por la víctima de la sustracción, confirmando al absolución de la  inculpada, Elena A.A. 

Pese a que el carrajero ofreció una identificación plena de la mujer en la Comisaría y el juicio, los magistrados tienen en cuenta las pruebas de descargo, de carácter tecnológico, presentadas por la inculpada: la geolocalización de su teléfono móvil, en su propia casa, y las aplicaciones de internet abiertas mientras se producía el robo.

Además, tal como argumentó el letrado Juan Carlos González Iglesias en su recurso, ni el camarero del bar donde se produjo la llamada al cerrajero ni los vecinos de la planta del piso asaltado identificaron a Elena A.A. El primero incluso conocía a la inculpada porque era clienta.

La sala tiene presente el argumento de la jueza de instancia, quien resaltó en la primera sentencia el interés que podría tener el cerrajero en la resolución del caso "ante la deficiente actuación del mismo" en tanto que no adoptó ninguna cautela en la identificación de la persona que requirió sus servicios. "La valoración que realiza la juzgadora -destaca la Audiencia- no puede entenderse como un apartamiento de las normas de experiencia , pues razona, y no lo hace de forma ilógica, la posible existencia de elementos que pueda viciar ese reconocimiento".

Los hechos que derivaron en este procedimiento ocurrieron el 12 de febrero de 2017 sobre las seis de la tarde. Una mujer, cuya identidad no fue determinada, avisó a un cerrajero para accceder a un piso de la calle Ricardo Coutier. La ladrona  le hizo creer que habitaba en ese casa y que se había olvidado las llaves para así apoderarse de sobres con dinero y un reloj Brettling. 

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