NAVIDAD

La "República Independiente de Seixalbo" enciende sus luces gracias a los vecinos

La prometida iluminación navideña no llega al perímetro rural: "Tíñamos a ilusión, pero que va"

En medio del aluvión de críticas al gobierno local por el encendido de la iluminación navideña por tramos –el centro de la ciudad es el único "on" por el momento–, en Seixalbo se buscaron sus propias luces. 

El alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, argumentó el aumento de casi el 80% del presupuesto en que "por primera vez" la iluminación llegaría a los barrios. Algo que, en realidad ya sucedió –en menor medida, eso sí–otros años. Por ejemplo, el contrato de las luces navideñas de  2018 incluía zonas como O Couto, Vistahermosa, A Ponte, San Francisco, As Lagoas, Mariñamansa o Barrocás. Ahora, la ampliación beneficiará también a O Vinteún, A Carballeira y A Milagrosa. Se mantiene fuera del reparto de luces el perímetro rural, ante el disgusto de los vecinos: "Tiñamos a ilusión de ter luces públicas en Seixalbo este ano, pero que va". 

Encendido vecinal

El núcleo de Seixalbo encendió ayer por la tarde las luces navideñas, colocadas por los vecinos en los balcones. "Despois de dous anos alugando arcos lumínicos nós mesmos, este ano xa non podíamos facer ese gasto", explica Xosé Carballido, presidente de San Breixo. 

Tras celebrar la asamblea anual de los socios, la Praza Maior de la localidad acogió a un nutrido grupo de lugareños que presenció el "acendido oficial". Al grito de "se o Concello non nos pon luces, poñémolas nós", los más pequeños se encargaron de pulsar el "botón nuclear" del árbol navideño –realizado por los propios vecinos hace años–. "Benvidos á republica independente de Seixalbo", bromeaban los presentes, mientras descorchaban varias botellas de champán, para acompañar el encendido. 

"Agradecemos que os veciños participan e están colocando as súas luces nos balcóns para iluminar as rúas, se non non teríamos nada, claro", apunta Carballido. Las calles que dan acceso a la Praza Maior están plagadas de colores, obra de los inquilinos, que adoran las fachadas de sus viviendas. "Nós facemos o noso Nadal igualmente, aínda que non nos queiran axudar", señalaba una vecina. 

Desde hace dos años, San Breixo dejó de contar con la ayuda económica del Concello que les permitía alquilar varios arcos navideños, por valor de 750 euros.

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