arte et alia

In Tempore Sueborum, magno evento expositivo

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photo_camera Jorge López; el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, y Aurelio Gómez, ante el caldero de Musov.

Un buen catálogo, magnífico de ilustraciones y contenido, prolongará en el tiempo el impacto expositivo.

Ourense se hace centro del mundo de los Suevos con una magna muestra centrada en su historia, desde la exhibición de su cultura material. Su realización debe tomarse como un continuum del MDCC aniversario del nacimiento San Martin de Tours (316/2016), celebrado oportunamente con un Congreso internacional desarrollado entonces en nuestra ciudad. Coordinando el programa estaba Jorge López, hoy comisario principal de ‘In tempore sueborum, el tiempo de los suevos en la Gallaecia 411-585’, que lleva como elocuente subtítulo ‘El primer reino medieval de occidente’. He aquí desde estas raíces, y contexto, para la ciudadanía, el asiento sólido del discurso expositivo. Con el estaban entonces Pablo C. Díaz, catedrático de Hª antigua de la Universidad de Salamanca, una autoridad desde su libro referencial de 2011, y Artemio M. Martínez, entre otros, co-comisario ahora con aquel, ambos de la Universidad Autónoma de Madrid. Su relevante aportación, al frente del equipo, con la coordinación técnica de Mercedes Rozas y la coordinación general de Aurelio Gómez, debe destacarse. Y si el congreso exploró religiosidad, creencias y estructuras de poder de la Gallaecia en la antigüedad tardía tenemos ahora un amplio desarrollo visual de una cultura que ha sido esquiva, y a la que debemos el sustrato básico de lo que somos en Galicia. Así lo ha expresado en estas páginas el profesor Frutos Fernández al tratar de la pervivencia de los nombres germánicos. 

Organizada por la Diputación, quien lidera el proyecto expositivo desde el centro cultural Marcos Valcárcel, se amplía a la iglesia de Santa María, considerada la primitiva catedral Auriense, y al Mº Municipal. La exposición resulta pedagógica en su pretensión de mostrar los orígenes de los Suevos, pueblos germánicos que vivían más allá del limes nordeste del Imperio Romano, en el área del Rin y el Danubio, hasta su llegada a la Gallaecia, y la cristianización de este nuevo mundo con la excepcional figura de San Martín de Dume, Braga. Este llega en torno al 550, enviado por el Emperador de Bizancio, mas tras la conquista del Rey visigodo Leovigildo el 585, irá en adelante ya por otro camino en los siglos que siguen. De raíces, hablamos, y hondas. Desde el descubrimiento de los tipos físicos de sus élites, en calderos con bustos con el Suebenknot, o moño suevo, caso del de Musov, Chequia, que es el icono del proyecto en los carteles, a la orfebrería y las monedas, suevas, tardo romanas y visigodas, aras, relieves y capiteles, pasarriendas y fíbulas, tazas y cuencos, broches…, que conforman un conjunto difícil de reunir. Así el sello de Alarico II, Rex Gothorvm, y el proceso de cristianización, sea con el norte de África, o con San Martín Dumiense, el Apóstol de los Suevos, con la réplica de su sarcófago, la lápida de Alepius de Baños de Bande, del 510, primer testimonio cristiano. Pero, sobre todo, el altar, y la lápida de san Pedro de Rocas, del 573, el primer monasterio de Galicia desde la Ribeira Sacra. Un buen catálogo, magnífico de ilustraciones y contenido, prolongará en el tiempo el impacto expositivo.

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