Francisco M.G., de 60 años, aceptó ayer en el Juzgado Penal 1 de Ourense una pena de un año de prisión, así como una multa (12 meses a seis euros al día), por un incendio forestal imprudente en el verano de 2020.
El inculpado abandonó el fuego que había plantado para la quema de restos forestales que tenía acumulados sin cerciorarse de que estaba apagado de todo cuando las condiciones metereológicas eran adversas por el calor, humedad relativa y viento. De hecho, el fuego se reavivó a las 13.53 horas y se propagó a través del talud de la finca y afectó a 0,1 hectáreas de monte raso.
Los hechos ocurrieron sobre las nueve de mañana del 10 de junio de 2020 en una finca de Cimadevila, en el concello de Laza.
El incendio se extinguió gracias a la labor del Servicio de Extinción de Incendios de la Xunta, ascendiendo los gastos a 751 euros, un dinero que debe abonar. Las llamas afectaron a fincas del acusado.
