Nunca llueve a gusto de todos. Lo que está claro es que llovió en una jornada electoral que dejó hasta ocho incidencias en las mesas electorales, todas en la ciudad. Cuando el cartero te entrega la notificación de que eres suplente en una mesa, todo anima a pronunciar ese maloserá tan gallego que no siempre funciona. Eso le pasó a la presidenta segunda de una de las mesas de las Torres de O Pino. Después de que la titular se excusase–con la debida documentación–ante la junta electoral, la otra se negó a ocupar la presidencia porque no contaba con el marrón. Después de ejercer de auténtica drama queen, aceptó el engorro.
Se lo comió el perro
Para surrealista lo ocurrido en el Jardín Maternal de O Couto. Un vecino resucitó esa vieja y mala excusa de los deberes que se come el perro. El hombre se plantó allí diciendo que le tocaba ser presidente de una mesa electoral, alegando que el perro le comió el correo certificado y que el DNI lo tenía medio roto. La Subdelegación del Gobierno en Galicia confirma que el personaje no estaba llamado al cargo. El caso es que la presidenta "de verdad" tampoco apareció, así que tras la increíble anécdota, la suplente ocupó la mesa del colegio que más tarde cerrará en Galicia: hasta las 20,29 horas se pudo votar aquí.
El traicionero “maloserá"
La resaca de magostos pasó factura y hubo ausencias completas en algún colegio. En el situado en el Edificio de Ferro del Campus no se presentaron ni titulares ni suplentes. En el de A Galiña Azul de Barrocás, lo mismo. También en el Campus, pero en el edificio jurídico-empresarial, hubo ausencias: la de dos urnas. Y así, incidencias por falta de convocados en un total de ocho colegios electorales de la capital. El suplente ourensano se tuvo que olvidar del traicionero maloserá.
Con todo, y superadas las incidencias oficiales, los ourensanos pudieron ejercer su voto en 542 mesas repartidas por 420 colegios electorales de la provincia.
Incidencias extraoficiales
En los sucesos extraoficiales también tiene mucho que ver la meteorología. Que se lo digan a Manuel Dacal, el concejal que tuvo que hacer de héroe en la casa consistorial de O Carballiño para que los vecinos votasen sin preocupación. Y es que las goteras hicieron acto de presencia, con la posterior queja de los votantes que tuvieron que ir sorteándolas hasta meter la papeleta en la urna.
Y el frío... en el colegio electoral ubicado en la Universidad Laboral se tiraron la mañana envueltos en mantas.
Clásica estampa
Los clásicos siempre vuelven. Los candidatos al Senado y al Congreso y los representantes de los partidos políticos en Ourense se hicieron la fotografía frente a las urnas.
El punto cómico: una cafetería de Valle Inclán que invitó a los clientes a "pactar" con un desayuno completito.
