Reportaje

Inclusión para poder renacer

Usuarios de Renacer Ourense, durante una actividad de teatro realizada antes de la pandemia.
photo_camera Usuarios de Renacer Ourense, durante una actividad de teatro realizada antes de la pandemia.
Como cada 26 de octubre, ayer se celebró el Día del Daño Cerebral Adquirido, con el objetivo de sensibilizar sobre esta discapacidad que afecta a 35.000 gallegos y al menos a uno de cada cien ourensanos.

Renacer es la asociación que se ocupa de proporcionar rehabilitación ambulatoria y apoyo social a las personas con Daño Cerebral Adquirido en la provincia de Ourense. Una de sus reclamaciones a la Administración es poder contar con estudios actualizados, cuando todo parece indicar que Galicia tiene tasas de incidencia de las más altas de España debido a la prevalencia del ictus, su principal causa. 

Noelia Luque, directora de la asociación, recuerda que "no hay dos personas con daño cerebral iguales". Por ello, es fundamental una buena valoración inicial de todos los profesionales para conocer qué secuelas padece la persona y lograr su rehabilitación. "Trabajamos desde una perspectiva sociosanitaria, llevando a cabo una atención integral para la persona y su familia", añade. 

La problemática más común entre sus usuarios es la afaxia, que afecta a la capacidad de hablar y escribir. "Se intentan expresar y no pueden, lo cual genera frustración. Poder expresarte de algún modo incide directamente en la calidad de vida. Cosas que a menudo entendemos como rutinarias pueden convertirse en una odisea", recalca Luque. 

Involución

Muchas personas están viviendo una involución debido a las restricciones. "Se fomenta mucho la terapia telemática, pero algunas sesiones, como las de fisio, solo pueden ser presenciales. Muchos usuarios tienen miedo de venir, y algunos llevan ya medio año sin terapia", lamenta Luque. 

Uno de sus lemas es que el daño cerebral lo puede sufrir cualquier persona. "Aunque existen factores de riesgo como la obesidad, el abuso de alcohol o la diabetes, hay informes médicos donde no se especifica su detonante. Y se pueden producir traumatismos craneoencefálicos en accidentes de tráfico, cayendo en escaleras, caminando por la calle...", recuerda.

Antonio Fernández trabaja como educador social en Renacer Ourense siguiendo una línea de trabajo multidisciplinar para facilitar que los usuarios regresen a su día a día. "Tras un daño cerebral adquirido, la vida da un giro de 180 grados tanto para la persona como para sus familias. La palabra clave es inclusión social, hacia una vida normalizada y autónoma", destaca.

Siente orgullo tanto de los usuarios como de sus familias: "Muchos de ellos deciden ayudar a otras personas dentro de lo que sus capacidades lo permiten y realizan labores de voluntariado. Nos dan una lección de vida y de participación activa, tirando siempre hacia adelante. Son un ejemplo de lucha y de vida". 

Quieren que la sociedad conozca que nos puede pasar a cualquiera, "de hecho la incidencia cada vez es mayor", recalca Fernández. Antes de la pandemia, organizaba actividades deportivas y culturales, voluntariado, informática, carpintería… Ahora están aportando a sus usuarios herramientas para evitar el aislamiento reduciendo la brecha digital. Además, Fernández lamenta cómo "en el ámbito que trabajamos, por desgracia, estamos solo nosotros en la provincia". 

Movimientos olvidados

Denís Cid, fisioterapeuta de la asociación, destaca que surge actuar en cuanto la persona con daño cerebral sale del hospital, "ya que la zona neuronal dañada es más adaptable al principio". Por lo tanto, pide a las familias que no pospongan la rehabilitación, a pesar del cansancio acumulado tras meses de internamiento tanto en planta como en UCI. 

En sus sesiones de fisioterapia, Cid trabaja volviendo a enseñar movimientos olvidados: "Puede que ya no sean capaces de caminar o perdieran la sensibilidad de una zona del cuerpo o el equilibrio". Para rehabilitar a los usuarios, Cid intenta crear nuevas conexiones neuronales en el cerebro.

La fisioterapeuta de Renacer explica cómo "si se daña el hemisferio derecho queda afectado el lado izquierdo del cuerpo y viceversa, porque las vías cerebrales se cruzan a través de la médula espinal. Las lesiones del hemisferio derecho suelen ser las más graves porque pueden quedar tocados la vista, la audición y la memoria". 

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