El incremento estival de población obliga a reducir el consumo de agua

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photo_camera Bando municipal que insta a los vecinos al uso responsable de agua en As Bouzas, en la comarca de O Ribeiro.
Concellos como Lobios, Sandiás o Vilamartín de Valdeorras han publicado bandos instando a utilizarla solo para uso doméstico

Con la llegada del mes de agosto y la época tradicionalmente más seca del verano, son varios los ayuntamientos de la provincia que ya se han adelantado a pedir a sus vecinos, incluso por medio de la publicación de bandos municipales, moderación en el uso del suministro de agua. La llegada de los naturales del lugar que trabajan fuera y regresan a su pueblo o villa por estas fechas, junto con el turismo, dispara el gasto de un suministro de agua que en más de un caso se ve seriamente mermado con este incremento poblacional.

Es el caso de Vilamartín de Valdeorras, donde su alcalde, Enrique Álvarez Barreiro, distribuyó un bando por la aldea de Valencia del Sil (Vilamartín de Valdeorras) prohibiendo usar el agua de la traída para fines que no sean el abastecimiento domiciliario, o sea, utilizar para lavar coches, regar huertas o llenar piscinas, entre otros fines. "No es tanto la escasez, es el uso. Riegan calles y huertas", explicó el alcalde, consciente de que ya "bajaron los manantiales y no se puede hacer otro uso". La llegada de los emigrantes también multiplica la población en este Concello, impidiendo, más que nunca, malgastar el líquido que sale de los grifos.

Un bando similar al de Valencia del Sil puede leerse en las calles de Petín. Aquí, la posibilidad de bombear agua desde Santoalla evita cualquier problema de abastecimiento. "Había algo de escasez, pero de momento no hay problemas. Es un toque de atención", dijo la regidora.


A limia


En A Limia, el Concello de Sandiás ha emitido esta misma semana un bando municipal para concienciar a los vecinos sobre el consumo responsable de agua del abastecimiento público. También aquí se pide su utilización únicamente para fines domésticos, y no para regar fincas o lavar vehículos. "Queremos concienciar a todos os veciños de que a auga é un ben común e dicirlles que hai que ser responsables no consumo", dijo el regidor local, Felipe Traveso. "Podemos pagala todos pero, se non hai auga, ¿que pagamos?".

En la comarca de la Baixa Limia, el municipio de Lobios ha sido uno de los concellos ourensanos que ha optado por  recomendar a sus vecinos sobre un consumo de agua responsable con el objetivo de "evitar medidas máis drásticas", en palabras de la alcaldesa, Mari Carmen Yáñez. Ha optado, como otros regidores, por emitir un bando municipal aunque, por el momento, no han experimentado problemas de abastecimiento. Algo que sí ha ocurrido de forma puntual otros veranos viéndose obligado el Concello a establecer periodos de tiempo en los que han tenido que cortar el agua. Yáñez espera que eso no ocurra este verano porque "temos feito investimentos na mellora das captacións e dos depósitos". Sin embargo, insiste en que "as condicións do clima están cambiando e a auga é un recurso escaso que chega para todos se se fai un consumo responsable".


Preocupación


La alcaldesa de Castro Caldelas, Sara Inés Vega Núñez, observa con preocupación el estado de los manantiales. La escasez de agua preocupa, y mucho, en este concello. No sólo por el abastecimiento humano, pues también las reses de las explotaciones ganaderas necesitan beber. Esta inquietud llevó al equipo de gobierno a construir balsas para almacenar líquido en distintos puntos del municipio, además de acometer la mejora de sus manantiales.

Este año, el problema aún no es grave, pero ya se hizo notar. "Hai manantiais con problemas en varias zonas. Xa diron a alarma, anque aínda non tivemos que levar auga. Os problemas da seca son importantes", afirmó la alcaldesa, Sara Inés Vega. Explicó que los trabajos acometidos por el Concello hace un par de años permitieron aumentar considerablemente la cantidad de líquido llevada a la red de abastecimiento, pero si aumento el caudal también se multiplicó el número de visitantes que acuden a la Ribeira Sacra durante los meses de verano.

En O Ribeiro todavía no se han detectado problemas, si bien los alcaldes señalan que hasta el momento el verano ha sido bastante benigno a nivel de altas temperaturas y con episodios de precipitaciones esporádicas, y confían en que la situación se mantenga estable hasta el inicio del otoño. Sin embargo, en el caso de Castrelo de Miño, cuatro aldeas de la parroquia de Macendo ya han tenido dificultades con la traída en los domicilios. El alcalde, Esteban Suárez, señala que "tivemos que facer unhas modificacións nas canalizacións para que a auga chegase a tódolos pobos, conectando tuberías dende a captación con máis volumen de auga, xa que uns tiñan suministro e outros non". Ello fue debido a la merma en los acuíferos y, por otra parte, al incremento de población en el municipio con la llegada de familias de vacaciones, "pero tamén hai veciños que despilfarran regando as fincas de cultivo e baleiran os depósitos", añade el regidor.

También en Castrelo, la tala de árboles del monte comunal de Santa María provocó la rotura de las tuberías del abastecimiento a los núcleos de Barral y Cortiñas, en el entorno de la capitalidad del Concello, que tuvieron que ser reparadas. El Concello de Ribadavia, por su parte, se ha adherido a un programa de la Xunta para la redacción de un plan de emergencia para casos de sequía, "no que se analiza a evolución climatolóxica e se proporcionan pautas para a toma de medidas alternativas para paliar unha situación de sequía", señala el alcalde, César Fernández.


Población disparada y altas temperaturas


En el elevado consumo que se registra durante el verano intervienen dos factores. Por un lado,  las altas temperaturas propician un mayor uso del agua. Por otro, la población del rural crece hasta incluso triplicarse en algunos núcleos. En ello coinciden todos los alcaldes. "No inverno bombeamos uns 500.000 litros diarios e agora no verán case chegamos ó millón", apunta Jaime Sousa, un aumento que tiene su pico en la primera quincena de agosto. Lo mismo ocurre en Allariz. De 1,2 millones de agua consumidos en la villa a lo largo del año, a 2 millones de metros cúbicos de agua diarios en verano.

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