EN OURENSE

Las infraestructuras de la provincia: un cajón desbordado

AFFA
photo_camera La A-76, la autovía a Lugo o la variante norte, algunos de los proyectos.

Ourense anhela nuevas infraestructuras que año tras año se prometen sin que salgan de un cajón en el que están guardados y desborda por los cuatro costados. Las cifras de ejecución ratifican la sensación de discriminación.

Cuando en unas semanas el Gobierno central de Mariano Rajoy presente el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, Ourense volverá a atender con atención a las diferentes partidas que se consignen a infraestructuras, pero a nadie se le podrá reprochar que las observe con una dosis importante de escepticismo, pensando en todos estos años en los que se han prometido una serie de infraestructuras que siguen guardadas en un cajón que ya desborda.

Dejando a un lado los continuos retrasos en la ejecución del trazado ferroviario de alta velocidad entre Galicia y Madrid, que ha inflado anualmente las consignaciones para la provincia, el déficit en materia de carreteras es palpable, sin asumirse las reivindicaciones de las comarcas ourensanas, condenadas a no disfrutar de nuevas vías hasta, al menos, la próxima década.

"Repetidamente trasladamos las instancias correspondientes para que se cumplan nuestras demandas", expone el presidente de la Confederación de Empresarios de Ourense, José Manuel Pérez Canal.

Las nuevas autovías a Ponferrada y Lugo son dos de los proyectos sempiternos en la lista. La primera, la denominada A-76, es una vía de alta capacidad clave para la comarca de Valdeorras, que clama desde hace años por ella mientras sigue condenada a una movilidad más propia de otro tiempo por una N-120 que ofrece síntomas de agotamiento y que supone una tortura para los conductores, que se enfrentan por ejemplo a largos tramos de línea continua sin poder adelantar o a uno de los recorridos más peligrosos de España, según diferentes índices. "Esa autovía resolvería el problema de comunicación que tiene Valdeorras con el resto de la provincia", señala Pérez Canal.

No es el único déficit en Valdeorras. Su capitalidad, O Barco, espera por la ansiada circunvalación entre la N-120 y la N-536, para aliviar el tránsito de vehículos pesados por el casco urbano. Asimismo Pérez Canal aboga por mejorar el trazado de la OU-533, entre A Gudiña y A Rúa.

La ciudad

Los problemas con las circunvalaciones no son propios solo de Valdeorras. La ciudad también sufre en sus carnes la saturación de su casco urbano y de los accesos y salidas por el retraso en la tramitación de la denominada variante norte, cuyo primer tramo entre Eirasvedras y Quintela, que permitirá avanzar en el desarrollo termal con un bulevar junto al río, inició su tramitación en el siglo pasado sin que se haya movido una piedra.

El alcalde de Ourense, Jesús Vázquez, aseguraba a principios de enero que 2018 sería el año clave y que los casi dos kilómetros ya proyectados comenzarán a convertirse en realidad a cambio de unos 30 millones, aunque su finalización se retrasará, como muy pronto, a 2021. Sin embargo, no es la primera vez que se anuncia su inminente licitación, tanto por representes municipales como por cargos de Fomento, sin que esta se convierta en realidad.

Su ejecución, además, es una pieza imprescindible para la vía de alta capacidad para llegar a Lugo, la A-56, al ser uno de sus tramos. Esta autovía, cuyo recorrido sí ha avanzado algo en la provincia vecina, se antoja fundamental para vertebrar el interior de la Comunidad gallega, muchas veces olvidado y maltratado. 

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