MOVIMIENTO MIGRATORIO

Inmigrantes y retornados, eje clave contra la despoblación

Ourense deja de ser exportador de personas: el saldo migratorio marca sus mejores cifras de los últimos años y los nacidos en el extranjero no dejan de aumentar pese a que la provincia sigue perdiendo población

La emigración y la inmigración son dos factores que suenan cada vez con más fuerza que nunca en Ourense. En las últimas dos semanas se han visto y reconocido las dos caras de la provincia en los últimos 40 años. Por un lado, con la repatriación de los restos del ilustre galeguista ourensano Rodolfo Prada Chamochín, una de las miles de personas condenadas al exilio de Sudamérica en la primera mitad del siglo XX; por el otro, con la noticia de que el número de venezolanos –gallegos retornados e inmigrantes– en la ciudad ya rondaba los 5.000.

Las dinámicas de la población ourensana están en fase de cambio. La provincia perdió en 40 años más de 123.000 habitantes, pero tiene visos de mejora. "Agora recibimos a máis xente da que marcha", señala Manoel Carrete, asesor de emigración de la Diputación, y uno de los que conoce más en profundidad la historia de este fenómeno.


Aumento exponencial


En los últimos 20 años, los nacidos en el extranjero se han multiplicado un 60%, desde los 19.683 a los 33.094 en el lapso 1990-2017. El saldo migratorio en todo 2017 fue de +1.314 con el extranjero, la cifra más alta desde 2009, superando los años más duros de la crisis, como 2013 y 2014, cuando incluso se marchaban fuera más de los que llegaban. De hecho, Ourense tiene ya un mejor saldo migratorio que Pontevedra, y recibió el pasado año hasta 1.000 inmigrantes más que la vecina provincia de Lugo, pese a contar con 25.000 habitantes menos.

Las administraciones parecen convencidas de luchar por el retorno de los que marcharon o de sus descendientes. Las últimas proyecciones poblacionales hablan de un freno a la caída y de que los extranjeros serán ya el 20% del conjunto de residentes en Ourense.

La provincia sigue perdiendo población, pero más influenciada por una tasa de natalidad paupérrima que por una emigración que, si bien no se ha revertido, ya se empiece a compensar con la recepción de inmigrantes, especialmente procedentes de Venezuela.

Los datos de retorno demuestran a las claras la reversión de la emigración. Entre los países de procedencia de los retornados, que encabeza Venezuela con mucha diferencia, destaca que en la provincia hay más regresados desde países de Europa (Suiza, Francia, Reino Unido), un 27%, mientras que en la ciudad el porcentaje se reduce al 10%; donde se concentran venezolanos, cubanos o brasileños (90).

Las noticias son positivas y todo apunta a una recuperación si se invierte en la tendencia de los movimientos migratorios. En todo 2017, volvieron 1.200 ourensanos, de los cuales 532 lo hicieron desde Venezuela, 158 desde Suiza, 98 desde México, 59 de Francia y 19 de Reino Unido. Solo en la ciudad, regresaron 340; 179 desde Venezuela, 26 de Suiza y 24 de Cuba.


medidas


Las diferentes administraciones han fijado el punto de mira contra la despoblación ligada a la atracción de residentes en el extranjero. La Xunta, a través de la Secretaría Xeral de Emigración, quiere atraer a los ourensanos del exterior y sus descendentes –hay 113.681– darles cobertura integral de sus necesidades básicas, facilitar su integración educativa y laboral, y analizar y ejecutar todas las medidas al alcance del Gobierno gallego para combatir el complejo reto demográfico.

Por un lado, se concederán ayudas de hasta 3.900 euros a las familias que retornen del extranjero para que puedan hacer frente a los inconvenientes económicos de este desplazamiento. Además, si vienen con hijos menores de edad podrán recibir 1.000 euros por niño hasta el segundo hijo, y 1.500 a partir del tercero, con un 25% más si se instalan en el rural.

Precisamente ahí reside la clave del freno a la sangría demográfica, en repoblar las aldeas, como ha ocurrido en el núcleo de A Obra, en Celanova, donde una familia chilena y otra venezolana han dado vida recientemente a un pueblo sumido en el abandono. En este punto, para darle valor al rural, la estrategia pasa por ofrecer hasta 10.000 euros a los emigrantes retornados que quieran emprender en el rural.


Apoyo


Para los más jóvenes, es decir, hijos y nietos de aquellos ourensanos que se marcharon, se ofrecen becas para completar ciclo de Formación Profesional Superior, estudiso universitarios y másteres.

Por su parte, desde la Diputación de Ourense, están en pleno proceso de, por un lado, dignificar a toda la emigración que quedó en el olvido, como se aprecia en el caso de Chamochín y, por otro, también quieren lanzar su estrategia para atraer residentes desde el extranjero.

En este caso, pretenden crear una Oficina do Emigrante Retornado e do Inmigrante, para prestar información, ayuda y tutoría para incorporarse a Ourense, "residencia, oportunidades laborais e educativas, axudando a fixar poboación e facilitándolles a chegada á nosa provincia". Además, también está en marcha la creación del Museo da Emigración para dignificar a este colectivo, y la propuesta realizada para crear un centro de interpretación sobre retornados en Os Peares, en la casa que fue de la familia de Chamochín. 


 La migración de antes:  más de un siglo de huida en busca de una vida mejor de ourensanos sin estudios 


Los ourensanos han tenido intensos ciclos de emigración a lo largo de los últimos siglos, diferente a los de ahora. "Xente que non completara estudios, en moitos casos analfabetos", explica Manoel Carrete. Aunque Sudamérica, sobre todo tras la Guerra Civil, se convirtió en cuna de la cultura gallega y acogió a muchos de los intelectuales. Una primera etapa del siglo XIX tuvo como destino La Habana (Cuba), Buenos Aires (Argentina) y Montevideo (Uruguay). Ahí se crearon los primeros centros gallegos. Después de esa primera oleada –que incluía Francia o México– hay que reseñar otro ciclo en el que empezaron a moverse también a ciudades de España, como Madrid y Barcelona, sin frenarse, los movimientos a Cuba o Argentina. "Hai uns que van alá para quedar e outros que van facer diñeiro e volven", subraya Carrete. 

En el  siglo XX, se suman Panamá y Estados Unidos y en la posguerra, donde se vivió el denominado "exilio". El principal destino fue México, cuyo gobierno acogía a muchos de los exiliados republicanos. También en este tiempo de posguerra se dan las grandes emigraciones ourensanas a Venezuela, sin dejar de lado a Cuba y Buenos Aires –"eses sempre foron os maiores receptores"–. El último ciclo fue en los 50. Comenzó la emigración a Europa –Francia, Alemania, Suiza–, y ya en los 60 a los tres polos de España: País Vasco, Cataluña y Madrid

Sirvieron de mano de obra de los altos hornos, en Barcelona formaron un "lobby" en la Seat, mientras que en Madrid ejercieron todo tipo de profesiones.  "En Cuba había moitos almaceneiros, que chegaban para traballar con galegos e acababan co seu propio almacén, tamén en Uruguai, mentres que en Chile eran panadeiros. Tamén foron reseñables os taxistas en Barcelona, Madrid, Sevilla ou Bos Aires. Moita xente en Sudamérica prosperaba e dáballes estudos aos fillos. Os de segunda e terceira xeración xa eran fiscais, xuíces, investigadores....e sen esquecer os afiadores e os restaurantes galegos", añade Carrete. 


La migración de ahora: vuelven los descendientes y Ourense exporta ahora universitarios cualificados


Las tornas se han invertido. Muchas de las generaciones que hicieron vida más allá del charco vuelven ahora escapando de conflictos políticos. "Pasou coa Arxentina cando foi o corralito e agora está a suceder con Venezuela pola inestabilidade e a inseguridade política", apunta Carrete, un experto en los movimientos migratorios. La mayoría de los que están llegando son retornados, "máis ben descendentes dos retornados, é o caso de Venezuela pero tamén de Cuba", explica. El caso venezolano es claro y se deja notar con mucha fuerza en concellos como Celanova, donde la colonia venezolana crece exponencialmente y ya ha servido para resucitar núcleos muertos, como el de A Obra. El caso cubano es particular: "Polas partidas de nacemento dos bautismos estamos a ver que son netos de emigrados no seu momento e que nunca volveron", aclara este experto. 

¿Y los ourensanos que se van? Siguen marchándose, pero encuadrados en un fenómeno de "emigración global". La situación es diametralmente distinta. "Vaise xente con estudos universitarios pero que teñen que ir a estranxeiro para poder desenvolver a súa cualificación. 

Como estrategia para frenar la despoblación, Carrete, como asesor del ente provincial en la materia, la ve "acertada". Y rechaza de plano posibles brotes de rechazo de algunos sectores a la llegada de descendientes de venezolanos o cubanos. "Foi xente que marchou, foron moi valentes e volven para achegarse ás súas raíces. ¿Ayudas? Recuerda este estudioso que los ourensanos fueron a Sudamérica y crearon centros ourensanos "sen axuda de ningún tipo". Por ello, hay una deuda contraída con ellos que debe ser tenida en cuenta. Además, apunta a un efecto que otros no tienen en cuenta. "A gran masa de ourensáns e galegos fóra permite que Galicia poida ter un mellor reparto en temas como a sanidade, xa que forman parte das cifras de poboación no CERA (Censo de Españoles Residentes Ausentes). 

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