OURENSE

Cinco inmuebles que costaron ocho millones están sin uso en la ciudad

Ourense. 11-03-15. Especiais. Especial no barrio da Ponte. Na foto a praza de abastos reformada
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera La Praza de Abastos de A Ponte fue inaugurada pero no tiene uso y éste aún tardará.

El gobierno local busca cómo rentabilizar el Centro de Parques Naturales, A Molinera, la Casa da Maxia, la da Mocidade y el mercado de A Ponte

Poner a pleno rendimiento infraestructuras construidas pero infrautilizadas o directamente cerradas son objetivos prioritarios del nuevo gobierno municipal de Ourense, que además ve en ello una oportunidad -aunque sea menor- de reducir el coste de alquileres en oficinas municipales si éstas pueden compatibilizarse con servicios administrativos. Lo ha afirmado el alcalde del PP, Jesús Vázquez, durante la campaña electoral y lo ha ratificado recientemente, en visitas a esas instalaciones ahora cerradas, como La Molinera, la Praza de Abastos de A Ponte o la Casa Mocidade (también Espazo Lusquiños).

Además, el concejal de Servicios Generales, Jorge Pumar, ha recibido la orden del regidor de aplicar la austeridad a la notable partida destinada anualmente a pagar el alquiler de oficinas municipales, que ronda los 350.000 euros. Y ahí está el caso de la misma Casa Consistorial, que mantiene su segunda planta cerrada y abandonada y que el nuevo gobierno local pretende abrir para ahorrar en ese gasto de arrendamientos; y habrá más soluciones, apunta este concejal, reestructurando servicios y dando más usos a otros inmuebles municipales.

Porque el gobierno local tiene enfrente hasta cinco espacios terminados, construidos o rehabilitados en algunos casos en los buenos tiempos del Plan E, a los que hay que rentabilizar, entre otras razones porque su mantenimiento es costoso para el Concello. No hay que olvidar, además, que su construcción y la obtención de suelo para hacerlos realidad alcanzó los ocho millones de euros, de momento prácticamente desperdiciados.

El alcalde visitó la pasada semana la Praza de Abastos de A Ponte (dos millones de euros costó la rehabilitación), que llegó a ser inaugurada unos meses antes de las elecciones pero vacía, porque la intención era otorgarla en concesión a una empresa, que se ocuparía de gestionarla. Pero el gobierno socialista anterior no concluyó el pliego de condiciones, el edificio se llegó a recepcionar sin conexión a la luz y el actual grupo de gobierno busca ahora cómo darle una utilidad, que aún tardará en decidir porque quiere tener claro el modelo de gestión que aplicará. Sí podrá abrir la biblioteca municipal en la planta de arriba y se cuidará el jardín anexo, ahora abandonado, sobre todo por falta de riego.

La Molinera

El complejo tecnológico de La Molinera (más de 1,5 millones de euros entre el presupuesto inicial y el proyecto modificado, y 1,4 millones más en costes de expropiación del terreno), al lado del Barbaña, también está acabado, pero sin uso y cerrado. Ahí tampoco tiene claro el gobierno local la utilidad que debe o puede otorgarle, por lo que ese centro de conocimiento tendrá que esperar; aunque se lo relacionaría con iniciativas o servicios para emprendedores.

Está apenas sin uso la Casa da Mocidade (en el barrio de a Ponte), acabada hace ya cuatro años tras una inversión de 670.000 euros. Abrió unas semanas antes de las elecciones en horario de tarde pero apenas tiene actividad; otro edificio cuya utilidad deberá replantearse el Concello, en concreto la concejala de Xuventude, Sofía Godoy.

La antigua Casa da Maxia (más de 400.000 euros en la rehabilitación, con cargo al Plan Urban), en la calle Colón, en pleno casco histórica, se rehabilitó para esa utilidad que le buscó el gobierno bipartito de 2007-2011 pero nunca llegó a abrir como tal. Es más estuvo años cerrada hasta que en 2014 el gobierno anterior acordó "anexionarla" al colindante centro cívico para destinar parte del edificio a guardería; una denuncia del PP por ese servicio no legalizado ahí la reconvirtió en ludoteca para los niños de la zona; pero buena parte del inmueble está vacío.

En todos ellos cabrían oficinas administrativas, según el gobierno local, también en el Centro de interpretación de parques naturales, a medio construir y completamente abandonado en medio de la zona termal del Miño. La inversión iba a ser de siete millones y se gastaron cerca de dos, con financiación europea pero sin completar las expectativas; y en la expropiación de los terrenos se gastó el Concello más de 286.000 euros. En este espacio, el futuro uso también está sin definir, aunque puede que hoy trate el asunto el regidor en su entrevista con el presidente de la Xunta.

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