La inserción laboral, clave ante la drepresión: “Todavía hay mucho rechazo”

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Las entidades que trabajan con colectivos psiquiátricos reclaman más recursos económicos

Los pacientes psiquiátricos, una vez que salen del hospital, requieren no solo atención sanitaria, sino también apoyo social para reintegrarse en su vida cotidiana. En la provincia, la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales Morea y la Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes) trabajan desde hace décadas en la atención sociosanitaria de los enfermos. 

Desde ambas entidades coinciden en las necesidades más acuciantes del colectivo: el aumento de los recursos económicos (muchos usuarios cobran pensiones de poco más de 400 euros) y de los recursos residenciales y la mejora de la inserción laboral. “Esas pensiones no son suficientes para vivir y, además, nunca se incrementan tanto como el Índice de Precios de Consumo (IPC)”, explica Alfonso Díaz, director de Morea. “A maioría dos usuarios non cumpre as esixencias das inmobiliarias para alugar un piso, e vense obrigados a compartir piso con outras persoas con 40 ou 50 anos”, apunta Félix Alonso, de Feafes. 

La inserción laboral, por otra parte, es reducida entre los pacientes psiquiátricos, pese a las mejoras de las últimas décadas. “Hai un 40% de usuarios que só precisa apoios puntuais e que, polo tanto, pode levar unha vida normalizada, pero é moi difícil atopar traballo”, asegura Alonso. Las dos organizaciones trabajan en la inserción a través de programas específicos que incluyen formación y prácticas. “Coas empresas coas que traballamos é habitual que nos volvan contratar, o que quere dicir que os usuarios teñen un rendemento adecuado, pero o estigma segue vivo”, añade. “Siempre te encuentras personas y empresas que ayudan y colaboran, pero es verdad que son los mínimos casos”, apunta Díaz. 

La edad de aparición de la mayoría de enfermedades psiquiátricas, en torno a los 14-20 años, también dificulta la inserción de los enfermos en la vida ordinaria. “En la mayoría de los casos, los pacientes dejan de formarse cuando se detecta la patología, por lo que luego, pasados los años, no tienen una formación específica cuando necesitan empezar a trabajar. Por eso es muy importante trabajar más en los medios educativos, así como en la prevención”, comenta el director de Morea. 

Los profesionales destacan la importancia de los medios sociosanitarios en la calidad de vida de los pacientes: “Si la persona tiene controlada su enfermedad puede tener una calidad de vida muy digna, pero claro, necesita encontrar trabajo y poder tener su independencia”. 

RECURSOS RESIDENCIALES

Desde las entidades también reclaman más recursos residenciales para aquellos enfermos más graves. “Lo que más les preocupa a los familiares es qué pasará cuando no estén, y por eso reclaman más recursos. Hoy en día, en la provincia, solo existen dos centros específicos para pacientes con espectro psicótico. En total, sobre 60 plazas, un número a todas luces insuficiente”, apunta Alfonso Díaz. La falta de centros psiquiátricos implica que, en numerosas ocasiones, los pacientes ingresen en residencias geriátricas, donde los recursos “no son los apropiados”. 

Por otra parte, desde Feafes ven necesario incrementar el número de psiquiatras y psicólogos en el área sanitaria: “Cando a persona pide a primeira cita pode estar esperando ata seis meses entre que a derivan e a atenden. E moitas veces esa persoa está nunha fase aguda da enfermidade”.

“Si una persona sabe tu diagnóstico comienza a mirarte de otra forma”

La estigmatización todavía pesa sobre los pacientes psiquiátricos, según aseguran los profesionales que trabajan en su integración social. “Lo diferente asusta, está claro en este colectivo y en los otros. Las personas con síndrome de Down llegan a la universidad y antes no podían, a nosotros nos pasa lo mismo. Sabemos que todos no van a llegar, no todos llegamos a lo mismo, pero queremos que puedan hacerlo. El estigma social provoca rechazo en los demás, pero también autorechazo. Cuando empiezas a notar la enfermedad eres el primero en aislarte, en encerrarte. Por eso hay que estar ahí, ayudar a la persona para que recupere al máximo sus capacidades”, explica Alfonso Díaz. 

Desde ambas entidades, además, reiteran que la idea de los pacientes psiquiátricos como violentos o peligrosos no es real. “Hay un gran desconocimiento, ¿cuántos crímenes hay cada año relacionados con la enfermedad mental? Es simbólico, no dice nada”, añade Díaz.

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