El proyecto de la alta velocidad es visto por toda la sociedad ourensana como una de las oportunidades para contribuir a la dinamización.
La integración del AVE en Ourense, con el proyecto de estación intermodal, o el nuevo plan de movilidad para poner freno a la ola de atropellos que ha sufrido en los últimos meses la ciudad han sido otras de las cuestiones candentes durante la primera mitad de este mandato.
El proyecto de la alta velocidad es visto por toda la sociedad ourensana como una de las oportunidades para contribuir a la dinamización. En estos dos años, Jesús Vázquez ha trabajado "codo con codo" con Xunta y Adif para desatascar la nueva estación o para reclamar la ansiada variante exterior. En estos momentos, está en tramitación el amparo urbanístico para el proyecto en A Ponte, cuyas obras se esperan licitar antes de final de año.
En un plano más local, el Concello trabaja en un plan para pacificar el tráfico y avanzar en las peatonalizaciones de calles y carriles-bici. Tras un primer intento a través de una Mesa de Movilidad que no dio los resultados esperados, ahora se ha encargado a una empresa externa el proceso para mudar el modelo de ciudad. Los resultados de ese trabajo se esperan en siete meses.
No se ha conseguido, por otro lado, la implantación del transporte metropolitano. Pese a que se firmó un convenio para reducir tarifas, los problemas con las concesionarias dieron al traste con la operación. El nuevo contrato del transporte urbano podría resolver esa cuestión. Sin embargo, el concurso para renovarla se ha enquistado, al igual que otros como el de la plaza de abastos de A Ponte. Las concesiones están siendo otro caballo de batalla para el actual gobierno, como la renovación de ordenanzas. Para ejemplo, la de veladores.
