LUCHA ANTITERRORISTA

Inteligencia vigila 37 focos con presencia islámica en la provincia

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photo_camera El lugar de culto de la comunidad musulmana en la ciudad está emplazado en el barrio de A Carballeira.

Ourense figura en los archivos de Interior como la provincia con menor riesgo de radicalización

Soltó las muletas y salió corriendo. Cuando el islamista Abdelah Hawari se fugó de la cárcel de Pereiro de Aguiar en Ourense en 2003, fingiendo una lesión de menisco, la lucha contra la radicalización islámica estaba en fase embrionaria en España. Hawari aprovechó su traslado de Pereiro de Aguiar al Complexo Hospitalario para fugarse y permanece en paradero desconocido desde el 6 de febrero de 2003. Hoy su nombre sigue en primera línea en los archivos policiales, que mantienen la misma leyenda que entonces: “listo para inmolarse” y “alta peligrosidad” sobre el rostro actualizado de este argelino, que tendrá ahora 39 años, si no ha cumplido su sueño de hacer explotar su cuerpo por la yihad en algún lugar del mundo. Trece años después de este episodio que puso en alerta yihadista a todo el noroeste de España, la provincia de Ourense figura en los archivos confidenciales de Interior como la de menor riesgo de radicalización islámica de toda España, algo que no impide que cuente con hasta 37 puntos bajo vigilancia de los servicios secretos.

Entre estos focos que los servicios secretos consideran susceptibles de radicalización, se siguen de un modo protocolario las actividades de las tres mezquitas de la provincia, situadas en Ourense, Xinzo de Limia y Verín, así como algunos barrios, y establecimientos regentados o frecuentados por musulmanes, como es el caso de la primera carnicería “halal” de la ciudad, que ofrece carne de animales sacrificados por el rito musulmán, locutorios, o restaurantes “kebak”. Un seguimiento que los propios musulmanes de Ourense, modelo de integración pacífica en España, no consideran molesto ni problemático, y que incluso defienden, mostrando su compromiso contra toda forma de radicalización.

La comunidad islámica local sufrió su peor golpe en 2013, cuando los imanes de las mezquitas de Xinzo de Limia y Ourense fueron detenidos por su implicación en la operación Laico, la mayor red de ropa falsificada de España. Tras su detención, fueron reemplazados en sus puestos y los representantes de la comunidad islámica ourensana criticaron duramente la actitud de sus líderes espirituales. Un circunstancia que contribuyó a separar el núcleo espiritual de las mezquitas del colectivo musulmán, muy activo socialmente en la provincia, también a través de diferentes programas sociales de integración de inmigrantes.

Bajo vigilancia

Mientras el total de puntos conflictivos en Galicia son 410, en el otro extremo de la balanza se encuentra Cataluña, que acumula 9.836 focos de riesgo islamista, Madrid, con 3.288, y Murcia con 2.789. Los menos conflictivos, las zonas donde hay menos musulmanes, como Galicia, Zamora o Badajoz.

Frente a la radicalización en el entorno de algunas mezquitas, la policía está trabajando especialmente con la formación de imanes, para que cooperen. "Los imanes y los fieles de las mezquitas son los primeros perjudicados de la infiltración de extremistas salafistas en sus lugares de culto", explican fuentes policiales, "de un tiempo a esta parte estamos realizando un trabajo mucho más pedagógico en todo el territorio nacional, incidiendo mucho en la cooperación de los líderes espirituales".

El modo en que se produce la viligancia en lugares de bajo riesgo como la provincia de Ourense se encuentra "bajo el secreto de cualquier operativo de prevención de ese tipo, no obstante resulta materialmente imposible, por ejemplo, vigilar más de 9.000 focos en Barcelona, o incluso los 37 de Ourense, si no es con ayuda de los confidentes policiales. En la prevención, el papel de los confidentes está resultando fundamental". Otro foco de vigilancia intensiva, que no excluye la división censal del plan de Interior, es la actividad en redes sociales, "punto número uno de captación de radicales". De ordinario, los yihadistas contactan con sus objetivos a través de estas redes -cada uno lo hace con quienes tiene mayor cercanía geogáfica- y la reunión física posterior, que puede realizarse en un domicilio privado, en el entorno de una mezquita, o en un local comercial, sirve para dar un paso más en el proceso de islamización del individuo: "los policías estamos, cada vez más, volcándonos en el examen constante y metódico de redes sociales como Twitter, Facebook o Télegram".

En el cómputo de Galicia, tras los atentados de Bélgica y París, Interior ha señalado también algunos puntos sensibles que pueden ser objeto de ataques islamistas. Así se ha incrementado la vigilancia en lugares como la planta de Reganosa de Mugardos, o las centrales térmicas de As Pontes y Meirama, y se mantienen los dispositivos de seguridad de los últimos años para la protección de la Catedral de Santiago de Compostela.

A pesar del que el día que Hawari se fugó de la cárcel de Ourense se descubrieron en su celda planes para atentar en diferentes puntos de España, y aunque sigue en los archivos de "búsqueda", a la policía hoy le preocupan más los "nuevos Hawaris que puedan surgir".

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