La polémica que envuelve al proyecto de estación intermodal de Ourense, que más de una década después de plantearse tiene a la ciudad totalmente dividida, no es un caso único en Galicia, sino que en prácticamente todas las ciudades de la Comunidad la concepción de estas infraestructuras se ha enredado, provocando que, por ejemplo, urbes como A Coruña y Lugo sigan sin tener un convenio firme sobre el que avanzar con las licitaciones y las obras necesarias, mientras que las máquinas sí se han puesto a trabajar en Santiago, pese a existir todavía controversia sobre lo que sucederá con la parte ferroviaria, o Pontevedra, que dada la cercanía de ambos equipamientos ha llevado a solo retocar la terminal de autobuses. La ciudad que ha desbloqueado todo, consiguiendo un consenso total, es Vigo.
Fechas firmes
La Xunta es la administración que más velocidad ha querido imponerle a los proyectos de estación intermodal, marcándose como un objetivo claro de la legislatura que arrancó en 2016 y terminará en el presente año acometer las actuaciones de su competencia, lo que tiene que ver con las estaciones de autobuses.
Así, la Consellería de Infraestructuras tiene en marcha ya las obras en Ourense, Santiago, Pontevedra y Vigo, aunque únicamente en la ciudad olívica la nueva terminal de autocares ha ido acompañada del resto de acciones contempladas.
Así, Vigo sabe ya que a mediados de 2021 todos los proyectos contemplados estarán a pleno rendimiento, con la nueva estación de tren (con vías soterradas por toda la trama urbana) ya en funcionamiento desde hace años, uniéndose el próximo año la terminal de autobuses, el centro comercial y una reordenación total de los accesos que acabará con elementos totalmente desfasados.
Pontevedra, con ambas estaciones en la misma zona, mejorará la de autobuses y Ferrol trabaja en mejoras
Este mismo año, por su parte, está prevista la conclusión de las estaciones de autobuses de Ourense y Santiago, aunque ambas ciudades siguen con la incógnita de cómo se completarán las intermodales. La capital gallega trata de eliminar la cláusula impuesta en el convenio firmado en su momento que establecía que la renovación de la terminal ferroviaria solo se realizaría si se alcanzaban los 3,5 millones de viajeros anuales. El alcalde santiagués, Xosé Sánchez Bugallo, negocia con el ministro José Luis Ábalos.
Mientras, a principios de 2021 concluirá la obra recién comenzada en Pontevedra, que incluye una pasarela para conectar las estaciones de autobús y tren, ya situadas, a diferencia del resto de urbes gallegas, en la misma zona.
Flecos o poco avance
Mucho más lejos de llegar a buen puerto siguen en A Coruña y Lugo. En el caso de la ciudad herculina, tras un mandato anterior con constantes choques entre administraciones, todo parecía haberse encauzado en las últimas semanas, aunque las intenciones de Adif sobre temas urbanísticos en el convenio que debe firmarse han enfadado al gobierno local coruñés, que teme nuevos retrasos en el proyecto.
El consenso sigue sin llegar también en Lugo, con posturas de Xunta y Gobierno central todavía sin confluir en un proyecto común y el rechazo del tejido comercial de la localidad al traslado de la estación de autobuses, entendiendo que se alejará del centro. Nadie se atreve, por tanto, a dar plazos sobre obras.
Mientras, Ferrol también se ha subido a la ola de las intermodales. La Xunta quiere acercar ambas infraestructuras y ya ha mostrado sus intenciones, sin que se conozcan por el momento demasiados avances.
